Muchos se están preguntando si el movimiento representado en una marcha el 8 de marzo y un paro total de actividades al día siguiente, funcionó. ¿Sirvió que cientos de miles de mujeres marchara, pararan actividades, y compartieran un mensaje contundente en sus redes?
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Fueron incontables los ataques de una movilización de mujeres que desesperadas decidieron alzar la voz. Y una de las preguntas más frecuentes era, precisamente, si esperaban que esto funcionara. Estamos acostumbrados a la inmediatez de nuestros actos; si llegamos a salir a marchar, queremos que ya al día siguiente tengamos nuevas leyes.
Las voces de miles de mujeres unidas, la protesta activa de muchas de ellas, los carteles que expresan la problemática, y su ausencia sí sirvieron. Tal vez de forma inmediata no veremos los resultados de estos dos días históricos en México.
Sin embargo, el mundo nos volteó a ver, el país no pudo ignorarnos más, y la gente comenzó a abrir los ojos. Si se hubiese pensado desde tiempo atrás que las movilizaciones de este índole no funcionaban, no tendríamos la mitad de los derechos que hoy en día gozamos.
Si las mujeres de Islandia hubieran pensado eso el día que desaparecieron en 1975, no sería hoy en día el país con más equidad de género a nivel mundial. Cinco años después de esta movilización, Vigdís Finnbogadóttir se convirtió en la primera mujer en el mundo en ser elegida como jefa de estado en una elección democrática.
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Muchos se enteraron de los casos escalofriantes de feminicidios, del acoso que vivimos las mujeres todos los días, o del verdadero sentido del feminismo. Asimismo, las mujeres nos probamos a nosotras mismas que juntas somos una fuerza imparable que hace historia.
Se pensará mucho más antes de criticar a una mujer, de no tenderle la mano, de juzgar sus decisiones de vida después de haber marchado con ellas el 8 de marzo. Después de sentir la fuerza que somos juntas, para nosotras, México no será igual.
Por último, y para aquellos que mencionaban que necesitábamos menos mujeres «marchando y parando actividades», y más educando a los niños. Bueno, no hay mejor forma de educar a alguien con el ejemplo, y no hay mejor forma que enseñar a los niños que estamos luchando por ellos, que nunca se queden callados ante la injusticia, y que las mujeres estamos listas para tomar la igualdad que tantos años nos han negado.
Foto de portada: @santiago_arau y cortesía.