En redes sociales se habla sobre la inexistencia de los feminicidios, se considera la matanza es por igual y es una guerra entre «personas malas, contra personas buenas».
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Sin embargo, en nuestro país 10 mujeres son asesinadas al día, señala la Organización Amnistía Internacional (AI); y casi en su totalidad los feminicidios son cometidos por hombres.
No podemos entrar en comparaciones sobre si asesinan a más hombres que mujeres, sin entender lo siguiente.
Aunque el descenso de los hombres también tiene que ver con la inseguridad, las causas se inclinan en su mayoría a: rencillas, relación con las drogas, o factores socioeconómicos (INEGI).
Asimismo, el 95% de los homicidas a nivel global son hombres, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Son hombres matando hombres, y hombres matando mujeres. Esto va más allá de «ser gente buena, contra gente mala». No quiere decir que el género masculino sea malvado, sólo se desvela que hay un grave problema en el sistema.
También, es importante recordar que lo que llamamos feminicidios se tipificó por cumplir otras características que no sólo tiene que ver con el género. No todos los asesinatos de mujeres son feminicidios, y es momento de entender la diferencia.
No es una guerra de género, pero sí hay suficientes hombres matando como para entender hay un problema. Claro que hay mujeres que asesinan, claro las cifras de ambos reflejan un problema de inseguridad, pero la tendencia está marcando que son las mujeres quienes están más desprotegidas.
Ellas sufren de agresiones sexuales, se les ataca en su propia casa, por sus propios conocidos, y con razones que tienen que ver con un índole sexual, o sentimental. Esa es la diferencia –sin embargo– en algo tienen razón; esto no lo hace una guerra, es una matanza.