“Imagínense despertarse en la madrugada por los gritos de tu madre que grita por su vida. Imagínense levantarse a ver la hermosa cara de tu madre ensangrentada gracias al criminal que una vez llamaste ‘papá’”.
Así narró Ana Cecilia, hija de Abril Pérez Sagaón, la situación que vivió su madre el 4 de enero de este año, cuando su padre, Juan Carlos García, la golpeó con un bate de béisbol e intentó asfixiarla y el “infierno” que vivió a partir de ese día.
Habló del dolor de compartir las imágenes de las heridas de su madre; sin embargo, tomó la decisión de hacerlo porque representan “lo que se vive día a día en este país por miles de mujeres”.
A través de sus redes sociales, la hija de la víctima dijo que su madre se enfrentó a “un sistema corrupto, al que no le importar acciones en contra de ese tipo de atrocidades mientras haya dinero”.
Pese a ello, afirmó que nunca perdió la esperanza de poder vivir una vida fuera de violencia, con su madre y hermanos y que eso la mantenía fuerte.
“Imagínense tener este sueno y ser fuerte día a día por tu sueño… solo para que un día tu hermano te llame, el mismo día que tú sabías que verías a tu hermosa madre, para decirte que tu madre se encuentro inconsciente por un balazo a la cabeza”.
Reprochó el papel de la justicia en México que solo es posible para quienes tienen dinero y tener que vivir sabiendo que el criminal seguirá libre.
“Imagínense sentir el dolor, la desesperación y la impotencia que como yo otros millones de mujeres sienten día a día por este tipo de inhumanidades, Imagínense saber que el criminal sigue suelto, y probablemente seguirá así hasta que se le acabe el dinero”, expresó Abril.
Abril Pérez fue asesinada la noche del 25 de noviembre pasado cuando se dirigía al aeropuerto con dos de sus hijos y su abogado. Sujetos armados a bordo de una motocicleta le dispararon en dos ocasiones. Su familia ha señalado a su ex esposo de ser el autor intelectual del homicidio, luego de que intentó asesinarla.
Juan Carlos fue recluido por feminicidio en grado de tentativa; sin embargo, el juez Federico Mosco reclasificó el delito a violencia familiar y lesiones y otros dos jueces le otorgaron la libertad.
La expareja de la víctima debía acudir a firmar a la sala correspondiente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México para continuar en libertad, pero no lo hizo hasta este lunes, cuando se cumplió el plazo.
Ahora corre el riesgo de que la instancia judicial ordene su reaprehensión.