Estamos en un punto crítico en el que el planeta está cobrándonos facturas caras pero a medida que esto pasa, olvidamos hacer consciencia de los problemas que están provocando su extinción. Pero mientras que concentramos esfuerzos en desaparecer las pajitas de plástico hay un contaminador peor que flota en el océano, dañando hábitats, envenenando a los peces y costando dólares de impuestos para la limpieza y eliminación: el cigarro.
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Para miles de fumadores es fácil fumarse un cigarillo, o dos y tres y tirar los restos al suelo. Por si no fuera suficiente el daño que fumar provoca a la salud, las colillas se han convertido en una plaga en nuestro planeta. Pero es la falta de conciencia por parte del fumador y la falta de disponibilidad de recipientes para desechos en los lugares de transición, como las tiendas y otros edificios, y en las paradas del transporte público lo que ha provocado que esto se haga un terrible hábito.
La fundación Keep America Beautiful (KAB) realizó una encuesta en la que el 77 por ciento de las personas respondieron que no consideraban las colillas de cigarro como basura. Muchos incluso pensaban que sus colillas «desaparecen» en el aire.
Pero estudios de KAB arrojan que el desperdicio de colillas de cigarros se asocia con el entorno físico en un 38% y aunque éstas pueden ser pequeñas, cuando caen al suelo en lugar de desecharlas adecuadamente, tienen un gran efecto en la calidad de vida de la comunidad. Otros problemas que desata arrojar las colillas son los riesgos de incendio que afectan la vida silvestre local y eventualmente a las urbes como está ocurriendo en varias zonas de México.
Sí, algunos de incendios son provocados por causas naturales como la sequía, los rayos y otros similares pero según la Agencia Nacional de Protección contra Incendios, los materiales para fumar, como cigarros y pipas, causan alrededor de 90,000 incendios cada año tan sólo en los Estados Unidos.
Los filtros de cigarrillos también son malos para el medio ambiente ya que contienen algodón blanco, el cual es en realidad una forma de plástico llamado acetato de celulosa. Por sí mismo, el acetato de celulosa se degrada muy lentamente así dependiendo de las condiciones del área en la que se desecha la colilla del cigarrillo, este filtro puede tardar entre 18 y 10 años en descomponerse.
Pero eso no es lo peor ya que los filtros de cigarrillos usados están llenos de toxinas, que pueden filtrarse en el suelo y en los cursos de agua, dañando a los organismos vivos que entran en contacto con ellos. Ni qué decir de la venenosa nicotina que contiene.
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De acuerdo con un informe de la NBC News, las colillas de cigarro se han convertido en la mayor fuente de contaminación del océano, superando a las pajitas de plástico.
Las colillas de cigarro están llenas de toxinas que se abren camino en nuestras vías fluviales principalmente a través de desagües pluviales que desembocan en arroyos y lagos. Los estudios realizados por Clean Virginia Waterways han demostrado que solo una colilla de cigarro en aproximadamente dos galones de agua es letal para la vida en agua dulce y salada.
¿Cuál es la solución para las colillas que ya existen en nuestro entorno? Reciclarlas
En Corea por ejemplo, la Universidad Nacional de Seúl, propuso un super condensador alimentado por colillas de cigarrillo para generar altas cantidades de energía de forma más rápida que otro tipo de baterías, convirtiéndolas en un material de alto rendimiento.
En Chile la diseñadora Alexandra Guerrero tuvo la iniciativa de recolectar las colillas, purificarla, teñirlas y mezclarlas con lana de oveja para convertirlas en ropa. Otros países han optado por disolver los filtros con soluciones químicas para convertirlos en un material parecido al plástico que sirve para repuesto de carros o hacer productos como sillas o mesas.
En México, se ha iniciado el #ColillasChallenge, un reto mundial que incentiva a los ciudadanos a limpiar la ciudad de estos residuos y darles un uso mejor. Esto es lo que tienes que hacer.
- Junta todas las colillas de cigarro que te encuentres en el camino.
- Deposítalas en una botella de plástico y manténla bien cerrada.
- Lleva tu colecta a algún centro de acopio. En México puedes encontrar hasta 20 en toda la Repúblic
Cuando les entregas tus colillas, se les extraerá al 100% su toxicidad para convertirlas en otros artículos como macetas y libretas. Las botellas de plástico también serán recicladas así que estarás ayudando al doble.