Compartir el nacimiento de Jesús fue la bendición y el regalo de la vida para Karla Kanora, la cantante afroecuatoriana que nació un 25 de diciembre de 1975, el día que se celebra la Navidad en el mundo. A diferencia de quienes se sienten afligidos por celebrar su cumpleaños en diciembre, debido al sinnúmero de eventos sociales que hay en el último mes de cada año, para ella es algo muy significativo porque lo ve como un sello propio de su esencia.
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La famosa artista dialogó con Nueva Mujer sobre este detalle de su vida que quizás no conocías y sobre su proyecto musical como parte del programa “Sinfonía por la vida” con niños de Esmeraldas, su tierra natal.
¿Qué se siente haber nacido en plena Navidad?
Emocionante, es como si el mundo entero me festejara cada año. Es un tiempo en el que todos estamos conectados con la espiritualidad y eso me hace sentir bendecida porque tengo a mi familia reunida.
Hay mucha algarabía por la cena, los abrazos, la unidad… nacer en Navidad fue lo mejor que me pudo pasar, es lo que me dio esta esencia de quien soy. La música es parte de esa gran personalidad.
¿Cuál fue el último regalo musical que brindaste?
Algo muy lindo e inspirador. Fui parte de un coro angelical en el programa “Sinfonía por la vida” junto a niños, niñas y adolescentes esmeraldeños. Ver entonar los acordes y las voces es algo que me hace recordar mis raíces y sobre todo soñar con más regalos musicales por ofrecer a la vida.
Mi hija estuvo en algún momento ahí y es maravilloso ser parte de algo tan sublime como una sinfonía. Los pequeños trabajan todo un año para presentarse. Fue una dicha ser su invitada especial porque también aporté con mi experiencia a esas personitas que están forjando su futuro y qué mejor que sea acompañados de la música.
¿Cuáles son los consejos que das a esos niños y niñas que quieren seguir tus pasos artísticos?
Mi palabra de aliento jamás falta en cada una de mis presentaciones. En camerinos les preguntaba cómo se sentían y eran decenas de ojitos brillantes respondiéndome emocionados de estar en un escenario. Yo les digo que de pronto no todos llegarán a ser cantantes, tal vez unos pocos sí, pero que la música en cualquier instancia es un motor de vida. La música no distingue clases sociales, en ella todos somos iguales y esto te lo digo porque hay niños en situaciones de vulnerabilidad que ven su voz y sus instrumentos musicales como un tesoro.
¿Tus hijos también quieren encaminarse en este arte?
Soy madre de tres, el mayor de 20, luego el de 15 y la nena de 12 años. Cada uno tiene sus sueños y ellos ven el trabajo de mamá como algo lindo e inspirador.
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¿Cómo haces para manejar el tiempo entre los escenarios y con la familia: como madre y esposa?
Precisamente subí una foto donde comparaba a la Karla de hace 12 años, cuando empezó mi sueño musical, y la que soy actualmente. Pensé en todo pero principalmente en mi familia porque es el pilar fundamental de mi carrera. Sabes… la mamá siempre será necesaria y en mi caso yo tengo el mejor equipo porque ellos están siempre a mi lado: mi esposo y mis hijos. Son el motor de mi vida y los que me impulsan a seguir con mis sueños.
Créeme que cuando canto es la proyección de lo que recibo en casa y es lo que me hace disfrutar de la música.
Hablando de equipo ¿cómo es trabajar con tu esposo en calidad de tu propio manager?
(Risas) Lo primero que me preguntan es “¿y es celoso?”. Obviamente, yo les contesto que no. Jorge me hace sentir respaldada como artista y como mujer.
Somos socios y algo muy importante es que sabemos dividir las facetas. Cuando es mi manager musical yo soy Karla Kanora (nombre artístico) y cuando soy su esposa soy Karla Quiñónez.
Vemos el proyecto musical como una pequeña empresa para un fondo común: trabajar por nuestro hogar.
El amor es esencial, si no existiera el amor sería más difícil. Jorge nunca ha tenido una mínima idea de ponerse celoso y yo siempre respaldo sus planes porque sé que sueña igual que yo. Él también es Karla Kanora.
¿Y cómo han luchado frente a la discriminación al ser una mujer afrodescendiente?
Ser afros, ser negros, no puede resumirse a una historia de nuestra raza que haya empezado con la esclavitud, creo que hay algo más que eso. Cada vez que pasa el tiempo yo voy reconociéndome. Es importante saber el concepto del pueblo afro y nuestra cultura. Hay que saber quiénes somos para saber adónde queremos ir.
He luchado contra la discriminación no solo como mujer afro, sino simplemente como mujer, a través de mi voz, con mi música.
Aquí hay dos aspectos simples: la gente que aprende a ver la igualdad en cada circunstancia y aquellos que nos ven diferentes.
No es el simple hecho de haber nacido como afros, también están nuestros indígenas y tenemos los mismos derechos. Además de mi música, están mis acciones, las del respeto y el aporte social en el país. Si hay más gente que piense así, pues caminaremos más firmes empoderando nuestras culturas.
¿Cómo despides el 2018 y cuáles son tus deseos para el nuevo año?
El 2018 fue un año de aprendizaje total. Me siento agradecida por los momentos buenos, pero también de aquellos difíciles porque de cada instante he aprendido. Musicalmente, he hecho varias transiciones, pero ese fue el reto: escalar a nuevos terrenos. Tuve la oportunidad de hacer una gira llevando la música tradicional afroesmeraldeña y compartir con artistas internacionales que entonaban sus sonidos afros.
Mis siguientes deseos son una sorpresa porque estoy alistando nuevo material, que les va a fascinar. Pronto tendrán noticias. Yo soy una mujer cristiana y Dios siempre ha dado un buen final a cada etapa.
Regálanos por Navidad una estrofa de tu canción favorita
Bueno, yo siempre hago covers, pero hay temas que me los guardo para mi soledad porque los pienso y repienso.
Les comparto esta estrofa de la cantante dominicana Lilly Goodman de su tema Si puedes creer. Dice: Si puedes creer, todo es posible, si puedes creer. Confiesa que es así, aunque no puedas ver. No des lugar a duda, tan solo algo de fe. Si puedes creer, no importa el milagro, Dios tiene el poder. Conforme a su voluntad se ha de hacer. Declárate en victoria, no hay de qué temer, si puedes creer…
Este es un mensaje que me inspira cuando hay duda de si va a salir algo bien. Recuerden que con esfuerzo, amor y disciplina siempre es posible creer. ¡Feliz Navidad!