Cada día se hace más evidente el clasismo y racismo que se vive alrededor del mundo, y en especial, México. A simple vista parece que todos los mexicanos son unidos, y respetan sus tradiciones.
Sin embargo, se vive una increíble doble moral. Se aplaude cuando un extranjero alaba las tradiciones mexicanas, pero se desprecia a quienes las practican. Sí hay orgullo, y al mismo tiempo si un mexicano de tez morena lo usa, se asocia con pobreza.
¿El gran problema? Para los mexicanos la tez se relaciona directamente con tu extracto económico. Los morenos son pobres y los rubios son ricos. Así se clasifica en la mente de la mayoría de los paisanos.
Esto no solamente afecta de forma social, también dentro de las cuestiones laborales. Una investigación realizada por el COLMEX evidenció que para una persona morena es más difícil subir en la escala social, y mucho más fácil bajar.
Mientras que para una persona de piel blanca, sucede lo contrario. Los niños y jóvenes mexicanos consideran que sufren de discriminación por su color de piel.
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Estudio ‘Color de piel y movilidad social: evidencia de México
La gente de tez blanca en promedio tienen 1.4 más años de escolaridad y perciben salarios 53% mayores.
“La población mexicana está estratificada en color de piel. El problema es que es muy difícil medir la discriminación. Si se realizara una encuesta en hogares sobre salarios esa respuesta no saldría, porque un sueldo bajo comparado con otro puede ser resultado de muchos factores”, manifiesta Raymundo Miguel Campos Vázquez, autor del artículo.
Para la investigación se enviaron los curriculums a través de páginas de empleo.
“Las empresas llamaron más a las mujeres blancas y solteras; en los hombres no hubo diferencias si eran blancos o morenos, si eran solteros o casados. Esto es evidencia de discriminación, pues debería ser la misma tasa de respuesta si solo se evaluaran aspectos de productividad, experiencia laboral y desempeño académico”.
Las mujeres morenas, al parecer, tienen el panorama mucho más complicado. Asimismo, también había una alta tendencia en llamar a mujeres delgadas.
“Los resultados que encontramos es que para hombres no hay efectos por ser o no obeso; para mujeres sí. Si son esbeltas la tasa de respuesta es mayor”, detalló.
La conclusión no solamente demuestra el clasismo, también el machismo de nuestra sociedad. La apariencia física es mucho más importante que los logros académicos en las mujeres. Aunque a muchos hombres esto no era impedimento, sí lo fue para el género femenino.
Se quiere intentar romper con este tipo de prácticas al prohibir a las empresas pedir fotografía en el currículum.