Sarah Gray de 30 años estudió la carrera de medicina en su natal Australia y a pesar de tener una de las profesiones más respetadas, ha tenido que enfrentar prejuicios debido a su aspecto, y es que Sarah tiene el cuerpo cubierto de tatuajes, desde sus clavículas hasta sus pies lo que le ha ganado el apodo de La doctora más tatuada.
De acuerdo con Sarah, las personas no le creen cuando les dice que es médico y ha sido discriminada en varias ocasiones en tiendas, restaurantes e incluso en su propio trabajo.
De acuerdo con una entrevista que brindó al Daly Mail, en una ocasión se encontraba en un restaurante cuando le el manager se acercó y le pidió que se retirara por que tenían una política de «no tatuajes visibles durante la cena».
En otro ocasión entró a una tienda para comprar unos tacones por su cumpleaños y simplemente fue ignorada por los vendedores hasta que decidió irse.
En varias ocasiones le han negado la entrada a lugares e incluso le han gritado cosas mientras camina por la calle. A pesar de todo ella asegura estar feliz con su aspecto y desea educar a las personas para combatir los prejuicios contra las personas que lucen de manera no convencional.