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#12AñosNuevaMujer: Nerea de Ugarte, transformar desde la infancia

Creadora del movimiento La Rebelión del Cuerpo y la fundación Niñas Valientes, ha dedicado la última década de su vida al trabajo con mujeres y niñas. Acá explica cuáles son las motivaciones que la llevaron educar con perspectiva de género, mejorando la autoestima.

Un Súper 8 encima de su escritorio y una nota que decía “Gracias Nerea. Por primera vez, en mis 50 años, tuve un orgasmo”. Esa es la escena que, para la sicóloga y terapeuta en sicología de la mujer, detonó el impulso que la mantiene trabajando con la autoestima. Eso pasó en su primer trabajo, luego de que en el contexto de un taller de “habilidades para la vida”, orientado a jefas de hogar, les propusiera a las asistentes que empezaran un taller de sexualidad de forma clandestina. Ahí se abordaba la anatomía, violencia sexual y construcción del placer, entre otras temáticas.

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Desde niña vio con rabia las conductas machistas, pero no sabía todavía ponerles un nombre. Se daba cuenta de que no estaba bien que los domingos en familia terminaran con los hombres sentados, y mujeres y niñas enfocadas en retirar y limpiar la mesa. “Eso me enojaba visceralmente. No podía entender esa desigualdad en un espacio tan cotidiano como una sobremesa”, reflexiona.

Tanto Niñas Valientes como La Rebelión del Cuerpo buscan educar a niñas y mujeres en la autoestima, derribando los estereotipos de género que condicionan la existencia. En la vida de Nerea, eso tampoco es casual, y responde a la experiencia de haber vivido lo que reconoce como una cárcel, la presión de centrar la vida en parecerse a las modelos con las que la publicidad y los medios de comunicación bombardean a las niñas. “Esos estereotipos me enfermaron por muchos años. Tuve un trastorno a la conducta alimentaria, sentía que tenía que ser tremendamente flaca para poder ser feliz. Ese es mi motor hoy: no quiero que una niña piense en eso en vez de pensar en cosas que sean favorables para ella y la sociedad”, confiesa.

«La independencia económica es un factor súper importante en las mujeres, y hoy se ve como un espacio posible”, dice. A su vez, agrega que, por eso mismo, muchas son capaces de salir de situaciones de violencia, haciéndose conscientes de que no es necesario soportar maltratos por una cuestión de subsistencia.

Para ella, el escenario aún debe ser transformado: “Todo está construido desde los estereotipos, las ideas que norman qué es lo masculino y qué es lo femenino. Y hasta que eso no cambie, vamos a seguir educando niñas y niños desprovistos de libertad para tomar decisiones desde una consciencia crítica y libre”, finaliza.

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