Cuando se enteró que iba a encarnar a Bárbara, una profesora lesbiana en plenos años 50, María José Bello se juntó con Soledad Cruz, quien sería Mechita, su pareja en la teleserie, para cranear cómo iban a armar los personajes, tomándose muy en serio lo que más ama de la actuación: la posibilidad de ponerse en los zapatos de otra, construyendo personajes en un proceso de constante mutación. En este caso, tuvieron la suerte de contar con una comunidad de fans de la pareja formada por Bárbara y Mercedes, que aportaban con sus propias ideas para construir una identidad lésbica en un país donde las lesbianas siguen invisibilizadas.
PUBLICIDAD
El amor por encarnar historias ajenas apareció cuando María José entró a un taller de teatro en el colegio. Su primera pasión fue la comedia. Le gustaba contar chistes, e imitar personajes, en una época en que ese espacio estaba ocupado por hombres. En Cuarto Básico se acercó al teatro en el taller de su colegio y rayó. Quería aprenderse todos los textos, hacer todos los personajes y, finalmente, dedicarle su vida a ese oficio.
De niña nunca sintió que su género le coartara posibilidades. No le interesaba ni jugar a la pelota ni enfrascarse en juegos bruscos, aunque reconoce que estaba tan instalada la idea de cómo tenían que ser las niñas, que no era siquiera una posibilidad. Ya de adolescente, lo notó: la obligación de usar jumper todos los días fue el catalizador. Postuló como presidenta para el centro de estudiantes y comenzó a batallar contra todas las injusticias que, por ser mujer, aparecían ante ella.
Este año, junto a todo Chile, ha sido testigo del destape de abusos sexuales y poder dentro del mundo de la actuación. Una ola que comenzó con el #MeToo hollywoodense y que no deja de crecer en el país. Con ese impulso, se formó la Red de Actrices Chilenas, de la que María José es parte, participando de actividades, marchas y colgándose el pañuelo verde para apoyar el derecho al aborto.
Siente que, pese a estar inmersa en un contexto machista, no ha tenido obstáculos por ser mujer en su carrera de actriz. Sin embargo, detesta cuando hombres, en cualquier posición, atribuyen las críticas, comentarios u observaciones femeninas a factores tan básicos como que “están con la regla”, o “ay, las minas”. Para ella eso no es superficial, sino que deja ver un profundo menosprecio a lo que tengamos que decir.
“Es importante atrevernos y apoyarnos, sobre todo entre nosotras. Hay muchas que, ante un testimonio, como diría un argentino, ‘les cortan el rostro’ por decirlo. A mí me sorprende cuando las mujeres, en vez de apoyar y dar cabida a las denuncias, dicen ‘ella lo provocó’. Finalmente seguimos en la vereda del machismo”, observa.
Para ella, aunque fue increíble lo que ocurrió con “Barcedes”, el boom se relaciona con que en televisión no existe visibilidad para una pareja de lesbianas. “Sería bueno que lo normal fuera aceptar al otro tal como es. En esa línea nos falta, pero, sin duda, hemos avanzado en relación a cómo éramos doce años atrás”, remata.
PUBLICIDAD
Puedes ver más de nuestro especial aniversario aquí: