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¡Admirable! El día que Lady Di enfureció a la reina Isabel por darle la mano a enfermos de Sida

Lady Di no escuchó las órdenes de la reina Isabel II de no tener contacto con los enfermos de sida. Por el contrario lo convirtió en unas de sus causas.

Su carisma y empatía la llevaron a convertir en la imagen mundial de la caridad. Fue la cara más visible de la realeza británica en ayuda a los enfermos con VIH. Lady Di rompió los estigmas contra del SIDA y llegó a ser un icono de las personas comprometidas con causas humanitarias.

Pero no todo fue color de ‘rosa’, la princesa Diana de Gales en más de una ocasión tuvo serios altercados con su suegra, la reina Isabel II, quien en varias oportunidades la señaló y acusó de pasar más tiempo con los enfermos que con su propio esposo Carlos, el heredero del trono.

El ex guardaespaldas de Lady Di y antiguo detective de Scotland Yard, Ken Wharfe, declaró en una ocasión a la prensa británica que la reina Isabel II de Inglaterra se enfureció con la princesa Diana de Gales por su campaña de ayuda a enfermos de SIDA. El propio Wharfe se lo informó a la Corte Suprema de Londres.

En esa oportunidad declaró que Diana “solía entrevistarse con la Reina en muchas ocasiones”. “Después de una de esas reuniones, ella regresó al auto muy nerviosa y le pregunté qué pasaba”, declaró Wharfe ante los miembros del jurado.

“Ella (Diana) me respondió: A la Reina no le gusta que yo me involucre con el SIDA. Me dijo: ¿por qué no te involucras con algo más placentero? ó ¿por qué no pasas más tiempo con tu esposo y los hijos?”, explicó el expolicía.

Según Wharfe, Diana “quedó muy enojada y decepcionada porque la Reina no veía lo que ella estaba haciendo”. “La princesa creía que un miembro de la familia real debía involucrarse más en las campañas para hallar la cura del SIDA”, continuó.

Diana fue el primer miembro de la familia real británica en estar en contacto con pacientes enfermos del VIH o SIDA. En la década de 1980, cuando muchos creían que esta enfermedad podía contagiarse por el contacto casual de piel, la princesa de Gales fue fotografiada sentada al lado de un paciente con esa enfermedad, tomándole las manos.

De hecho, es casi icónica una fotografía en la que se la ve saludando de la mano a un hombre contagiado con el virus, que data de 1987, cuando Diana visitó el Hospital Middlesex, de Londres. Ese día, un famoso especialista que estuvo presente durante la visita, comentó: “Un apretón de manos de Diana vale por cientos de miles de nuestras palabras”.

A las personas infectadas, y en un discurso se le oyó decir a la propia Diana: “El VIH no hace que sea peligroso conocer a las personas, así que puedes estrecharles la mano y darles un abrazo. El cielo sabe que lo necesitan”.

En su vida, la Princesa de Gales no solo usó fastuosas tiaras y joyas durante los eventos públicos que presidía la monarquía británica. También llegó a ponerse cascos y caretas antiesquirlas cuando se adentraba en territorios de desminado.

Tampoco tuvo miedo en portar los chalecos de la Cruz Roja para visitar y acompañar en Angola y en Bosnia a las víctimas de las minas antipersonas, a los niños enfermos en Pakistán o a los refugios londinenses para personas sin techo.

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