Hay gente que se burla de la equidad de género, han creído que que por ‘dejar’ a las mujeres votar y trabajar la igualdad está lograda. No hay mentira más grande, y menos cuando todas las pruebas contradicen dicha premisa. Los ideales de belleza son mayores para al género femenino, al igual que los errores que ellas cometen son más condenados en la sociedad mexicana.
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Pero basta de conjeturas o de afirmaciones que muchas veces carecen de pruebas tangibles. Hay un solo ejemplo que puede comprobar la doble moral de la que hemos hablado en tantos escritos y que se han desechado con una burla en los labios.
Dos casos de infidelidad: Uno condenado y el otro celebrado
El feminismo se resume así de sencillo: Las mujeres cargan con el significado cultural de la palabra puta, mientras que no existe un equivalente para el género masculino.
Esto se ejemplifica con el reciente caso de Héctor Herrera y el pasado caso de Emma, mejor conocida como Lady Coralina. Repasemos lo que sucedió con el futbolista y la reacción que la gente tuvo.
Héctor Herrera, el futbolista mexicano, fue encontrado junto a sus compañeros de equipo junto a varias escorts celebrado su ida a Rusia. Las fotografías inundaron los medios locales y hasta llegó la noticia a los internacionales. La atención recayó en dicho jugador dado que tiene esposa e hijos, y fue el encargado de despedir a estas mujeres.
¿Las reacciones?
Los memes no se hicieron esperas, lo celebraron, lo llamaron héroe y hasta organizaron una marcha con la intención que su esposa lo perdonara. Los medios sentían vergüenza puesto que es uno de los representante en el Mundial Rusia 2018, pero no se condenó su engaño, al menos no de la manera en la que juzgaron a la famosa Lady Coralina.
El famoso caso de Lady Coralina
Emma se volvió tendencia nacional en redes sociales cuando un video de su despedida de soltera se filtró. Ella se encontraba besándose con un joven que no era su prometido en Playa del Carmen.
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Una jovencita de Hermosillo criada para encontrar a un chico de buena familia y casarse; pero erró de la peor manera, y su privacidad fue invadida y expuesta a una sociedad machista que no tardó nada en condenarla como puta.
El linchamiento social y mediático al que se vio expuesta fue inconcebible e indignante. Extraños le mandaban mensajes alegrándose que su boda se cancelara, la llamaron «puta por engañar a su novio» o “por pendeja y tener amigas que la graben”.
Por supuesto, no hubo ninguna marcha en su honor. Héctor es más grande, tiene familia, y tuvo una aventura con varias mujeres a quienes se les contrata. La otra, era una joven que dio un beso en una fiesta. Ninguno de los casos es correcto, pero no fueron tratados de la misma manera y ahí radica la injusticia y la desigualdad de la que se habla tanto.
Las mujeres tienen que ser inmaculadas, perfectas, y sus errores siempre serán más juzgados con mayor dureza. Al menos si continuamos viviendo en una sociedad patriarcal como la de hoy en día.