Selene no se murió. A Jessica la mataron. Fue su pareja quien le propinó tres impactos de bala cuando la encontró en su lugar de trabajo.
La mujer, de 27 años, dejó a una hija huérfana, niña cuyo padre decidió acabar con la vida de su madre por una discusión que comenzó la mañana del lunes en el domicilio de ambos, en la Ciudad de México.
Según declaraciones de Selene, antes de morir dijo a las autoridades que su pareja sentimental la había amenazado con quitarle la custodia de su hija. Ella, temerosa, fue a trabajar el lunes 19 de marzo a la tienda de artículos femeninos ‘Nine West’, en el centro comercial Reforma 222, ubicado a un costado de la Avenida Paseo de Reforma, en el corazón de la Ciudad de México.
Por la tarde su pareja llegó para buscarla, iba armado. Al encontrarla, sin pensarlo, tomó la pistola y la descargó sobre el cuerpo de Selene tres veces, apuntando al abdomen. Después él, en un acto de cobardía, se disparó en la cabeza pero la bala salió por una oreja, de acuerdo con los informes de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.
La tienda Nine West, en el primer piso de Reforma 222, se encuentra resguardada tras los disparos en el centro comercial | Video: @ManuVPC pic.twitter.com/z8ZpCshL2N
— Animal Político (@Pajaropolitico) March 19, 2018
El hombre está herido, con vida, pero Selene no, está muerta. Su asesinato es calificado por las autoridades (hasta ahora) como un crimen pasional, cuando en las redes sociales mujeres gritan que se trató de un feminicidio.
En el lugar de los hechos el asesino dejó una carta en la que aseguraba que Selene se buscó su muerte.
Sobre la tragedia ocurrida en Reforma 222 ustedes ya tienen mucha información. Reflexión: Nos queda claro que en #México se sigue viviendo machismo, nos falta mucha cultura y mucha educación, nos falta mucha mano dura y empatía por parte de autoridades. ¡PAREN LOS FEMINICIDIOS! pic.twitter.com/T9HLTb12E7
— Ana Rent (@AnaRent) March 20, 2018
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