No es la primera vez que Andrés Segovia, de 33 años, llama como “loca” a su novia. Por lo general, esa expresión la dice tras fuertes discusiones por los celos de Daniela Quintana, de 29 años.
PUBLICIDAD
Él dice que cuando ve que le escriben sus amigas, Daniela se altera y arma relajo sin importar el lugar ni con quienes esté. La última discusión que tuvieron terminó en una separación de casi un mes, cuando Daniela se regresó de la playa porque vio que Andrés coqueteaba con otra chica en una de las covachas del malecón.
Pero “loca” y todo, así la ama, confiesa Andrés, quien esperó a Daniela, fuera de su oficina, por dos semanas, para que regrese a su lado.
Este no es el único caso ni circunstancia -como el de relaciones amorosas- en las que se presenta esta calificativo hacia una mujer.
Ingrid Bustamante, de 38 años de edad, se deprimió cuando su hijo, Alonso de 11 años, le dijo “estás loca de remate”. Fue cuando ella lo reprendió por amanecerse viendo Netflix y quedarse dormido para su prueba de matemáticas. Alonso justificó su reacción al mencionar que su mamá todo lo ve mal, que de todo hace problema que “siempre grita como si se acabara el mundo”.
En serio, ¿las mujeres estamos locas?
Estas dos historias te parecerán conocidas o las habrás vivido con tus amigas, compañeras o en tu familia. Pero de lo que si no nos salvamos es de los memes.
Había leído uno que decía “mujer que no jode es hombre” . Entonces ¿somos locas por reclamar algo que nos ofende?
PUBLICIDAD
Según la psicóloga Andrea Chiliquinga, en primer lugar, no debe existir una generalización de esto y sugiere que habría que hacer un examen muy minucioso del porqué se ha contextualizado la locura, trivializando esta palabra. La especialista explica que la locura, en su término genuino, tiene una relación directa con las enfermedades mentales como es el caso de psicosis y esquizofrenia.
Argumenta que la locura siempre ha sido un tema de estigma de la persona rara, extraña o que no está en sintonía con el resto. Respecto a que los hombres tildan a las mujeres de locas, cree que hay que ver si lo dicen por asociarlo con una enfermedad mental o como una persona con reacciones diferentes a las normales.
Todos tenemos una visión completamente distinta y la manera de ver la realidad es diferente en cada persona y cuando otro actúa lejos de nuestros parámetros de actitudes vamos a calificarlo como anormal. Pero hace énfasis en que la mujer es mucho más emotiva y siempre vamos a expresar ciertos comportamientos con más énfasis que los hombres.
“No deberíamos sentirnos mal por esto. Considero que cada ser humano tiene sus capítulos con ‘locura’, esa impulsada por las emociones, independientemente de asociarlo con alguna enfermedad mental”, manifiesta la especialista.
Para el psicoanalista Harold Hernández, el lenguaje masculino y femenino pasa por distintos filtros neurológicos, las mujeres por la maternidad y las responsabilidades del hogar son más exigentes en el cuidado del hogar y en la presencia de su pareja como fortalecedora de la autoridad, pero el hombre al carecer de vocabulario tierno o lenguaje psicológico pierde el control para discutir o conversar en ese modelo y se frustra y empieza con esos calificativos. Así lo explica John Gray en su best seller «Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus».
Hernández recuerda que también sucede que si el hombre es desenmascarado en una infidelidad, que lo pone en jaque gracias a la intuicion femenina, va a rebajar la autoestima de su pareja diendole «estás loca». Además podría tratarse de un estado de desequilibrio psicológico en la mujer que pudiera estar atravezando por un estado de ansiedad propio del estrés del hogar y el trabajo acumulado, o en el peor de los casos de celopatía o cuadros más complicados que la vuelven hiperexigente y llena de reclamos hacia su pareja y generen ese tipo celificativos.
Hernández acota que en cualquiera de los tres casos es necesario corregir malas conductas a tiempo, buscar ayuda de parejas en lo psicológico y familiar; y recordar que las mujeres admiran a los hombres que saben ser acertivos para solucionar problemas y generan un ambiente sobrio y calmado.
“Algo muy importante es saber si la mujer esta en una relación de maltrato, donde es descalificada, aislada de su círculo social y familiar o posible víctima de agresiones físicas y verbales”, advierte Hernández.
Para Mauricio Montenegro, no es locura sino una marcada diferencia en la objetividad de ver las cosas. Estima que las chicas somos más meticulosas a diferencia de los hombres que son más relajados y, por lo tanto, cierto grupo de ellos las tildan de locas. Sin embargo, Mauricio aclara que sin las mujeres y su afamada «locura» no habría nada porque es eso lo que «les pone a volar, desearlas, quererlas y valorarlas más todos los días».
Llamar a una mujer como «loca» es muy agresivo, interpreta el psicólogo clínico, David Sucre. Considera que este tema está inmerso entre los prejuicios, estereotipos y roles de género que se tiene en una cultura que se considera patriarcal, donde no hay una voz fuerte de lo femenino. Por lo tanto, se manejan los discursos sustentados en el machismo.
Comenta que el prejuicio es un cejo cognitivo que tiene un sujeto para pensar sobre grupos de personas o una sola persona y al ser una alteración de la forma de pensar hace que actuemos en base a eso y es aquí donde se cataloga a la mujer, en un rol protagónico, como si tuviera un accionar diferente al del patriarcado, etiquetándola como si estuviera fuera de contexto o loca.
En este aspecto se asocia a la locura al no tener la misma línea de pensamiento. Esto ha gestado esa forma de pensar en la que se cree que la mujer no se adapta a lo que la cultura le exige porque es distinta y a lo que se desvía de las normas se le adjudica ese calificativo.
La preocupación de Sucre es que al naturalizar el hecho de que los hombres las llamen locas es totalmente agresivo y machista. Ante esto siempre habrá una reacción reivindicadora de las mujeres, intentando demostrar su sanidad mental y una de sus respuesta podría recaer en función de ese calificativo.
«Hay que ver el contexto y saber que al llamar loca a una mujer es caer en una conducta masculina omnipotente. No es nada sano», finaliza Sucre.