Kevin Hallingen, el detective privado que contrataron los padres de la niña Madeleine McCann, fue encontrado muerto en su vivienda en el condado de Surrey, Inglaterra. De acuerdo con los informes, el cuerpo se encontraba en el suelo, rodeado de un charco de sangre y restos de varias botellas de alcohol.
Hallingen se había encargado de llevar las investigaciones de la menor desaparecida en mayo de 2007, cuando su familia se encontraba alojada en el hotal Praia de la Luz. El caso finalmente fue archivado y nunca se esclarecieron las circunstancias ni los responsables del suceso. Los padres de la menor contrataron al detective, aunque lo por incumplimiento y una supuesta adicción a las sustancias alcohólicas. La empresa para la que trabajaba, Oakley International, llegó a cobrar hasta 300.000 libras pero no hubo acción.
La familia McCann asegura que aún guarda la esperanza de que su hija aparezca sana y salva en algún lugar del mundo. Por ello, siguen sumando esfuerzos para dar con su paradero y descubrir lo que realmente sucedió.
La noche que Madeleine desapareció
Los hechos ocurrieron en el complejo hotelero Ocean Club, de Praia da Luz, en la región portuguesa del Algarve. Una pequeña de nombre Madeleine McCann desapareció del apartamento donde dormía con su hermanito, mientras sus padres se encontraban cenando en uno de los restaurantes del lugar.
Según explica la progenitora de la desaparecida en el libro Madeleine, tanto ellos como los demás padres del grupo establecieron como rutina ausentarse a la hora de la cena de sus apartamentos vacacionales e ir turnándose cada 30 minutos para comprobar que los niños –que por costumbre a esa hora ya dormían- estaban bien. Una decisión por la que les llovió un alud de críticas en su día y que, ellos mismos reconocen, lamentarán para siempre.
“A las 22.00 volví al apartamento. Entré a la sala de estar por las puertas de la terraza, igual que lo habían hecho Gerry y Matt –un amigo de la pareja-“, relata la madre de Maddie. Pocos segundos después se percató con horror que la puerta del cuarto de los tres niños estaba abierta de par en par y que la ventana de la habitación, que daba a la calle Dr Agostinho da Silva, estaba también completamente abierta y con las persianas subidas.
Teorías conspiratorias
Todavía son muchas las preguntas sin respuesta sobre lo que pasó realmente en el apartamento 5A del complejo hotelero Ocean Club de Praia da Luz, en Portugal.
Durante la investigación en Portugal se abrieron 2.000 diligencias policiales, se realizaron 500 búsquedas por la zona, se investigó a cerca de veinte sospechosos y todo ello en un proceso que suma más de 12.000 páginas. Pero nadie pudo encontrar una pista sobre la pequeña.
Una de las teorías apunta a que se trató de un secuestro planeado por Robert Murat, un británico de 35 años que vivía a pocos metros del apartamento de los McCann. La policía lo exoneró de toda responsabilidad y fue indemnizado con 750.000 euros por haber dañado su imagen.
Los detectives contratados por la familia McCann, apuntaban a que Madeleine había sido víctima de una mafia de trata de personas y que habría sido vendida a una familia rica en Marruecos. Una pareja de turistas había asegurado haber visto a la pequeña en un hotel en Marrakech, sin embargo, se comprobó que no tenía nada que ver con ella.
Los padres de la pequeña también fueron declarados sospechosos de manera oficial después de que la policía encontrara restos de sangre tanto en el apartamento en el que fue vista por última vez Maddie como en el coche que alquilaron los padres durante su estancia en Portugal. Ambos quedaron absueltos aún cando no pudieron explicar la evidencia.
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