Con lo que ha hecho Harvey Weinstein, hemos visto que ninguna mujer, por más famosa y rica que sea, se salva del acoso sexual y de ser agredida sin su consentimiento. Puede ser en el ámbito profesional, con la misma pareja y prácticamente, en cualquier lugar. Ante esto, muchas mujeres han denunciado con el hashtag #metoo.
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Sin embargo, otras han hecho ejercicios como el de “Morras” en México, o como el de Nueva York hace algunos años donde se veía claramente cómo una mujer era acosada en 10 horas de estar en la ciudad. Pero estos son los comentarios más comunes (y despectivos) ante una mujer que exige respeto:
“Ella, ¿tan fea que es? Antes debe agradecer”
Claro, amigo machitroll, es que eso de “merecer” ser agredida sexualmente en tu pequeña cabeza va por el nivel de belleza de la mujer, ¿verdad? O sea, solo Cara Delevingne o Elle Fanning tienen que ser acosadas, como si se tratara de un premio, en ese espantoso imaginario de que las mujeres promedio deben “estar agradecidas” por atención masculina QUE NO ESTÁN PIDIENDO. Y, ¿como por qué? ¿Es que acaso no ser supermodelos nos tiene que hacer agradecerles el hecho de que nos agredan? ¿De que nos hagan lo que se les venga en gana? Acá no se trata de físico, acá se trata de respeto para cualquier mujer se vea como se vea, así que guárdate tu complejo (de inferioridad) de crítico wannabe de reinado de belleza para la pobre mujer sin autoestima que te lo compre.
2. Pero es que ya no se puede decir un piropo…
A mí una vez, frente al Museo del Oro de Bogotá, se me acercó un vigilante y me dijo: “Perdone, señorita. Es usted muy bonita”. Yo le agradecí, ya que el hombre fue bastante decente. Eso fue muy, pero muuuy diferente -y por lejos- a lo que hizo el hombre que me tocó el trasero a la vuelta de mi oficina en México, del que me quiso tocar la cara (también en México) en plena estación del Metrobus, y del cerdo que me agarró las nalgas en plena cicloruta en Bogotá, entre otros muchísimos casos que me han pasado en el espacio público. La cultura del piropo en Latinoamérica ha ido bastante lejos (y en todo el mundo). A las mujeres nos llaman como perros, nos silban, como si fuésemos pedazos de carne andantes. Y del piropo, qué fácil es pasar al abuso, qué fácil es estar sometida al escrutinio de unos hombres que te van a juzgar por cómo reacciones y por cómo te veas. Y claro, por cómo reacciones -o no-. Como mujer siempre pierdes.
3. “Solo te revictimizas, debiste defenderte”
¿Saben cuántos abusivos serían apaleados a diario si tan solo las mujeres pudieran reaccionar de inmediato a un ataque físico o tocamiento indebido en el momento? Porque no es suficiente con que hayas sido acosada, también es TU CULPA por no poder defenderte. Es TU CULPA si no reaccionaste a tiempo, si te quedaste paralizada, si tuviste miedo, si no asimilas lo que pasó. Y aunque parezca increíble culpar a la víctima, también se le aplasta: “no llores, defiéndete”. Fue real. A mí me pasó cuando denuncié mi caso de acoso en México y las primeras en atacarme fueron las mujeres que tienen en su ADN el gen del machismo. Según ellas debí actuar como Superchica a la hora de reaccionar, pero simplemente, la persona tenía más fuerza que yo. No, amigos: no todos podemos reaccionar igual. No todos estamos en esa capacidad. De ser así, no existirían víctimas de ninguna agresión de ningún tipo desde hace siglos.
4. “Fue tu culpa por vestirte así”
¿Estamos en Afganistán, bajo el control de ISIS, que yo sepa? No. Supuestamente estamos en una sociedad donde en apariencia se te permite ser como quieras, vestirte como quieras y no ser atacado por ello. ¿Debe ser atacada una mujer que usa un vestido ceñido solo por eso? ¿Debe ya por eso ser tratada como basura, en ese doble estándar de que estás muy buena pero eres una puta y por ser puta entonces ya puedo hacerte lo que yo quiera? ¿Por qué mantenemos ese pensamiento tan atávico, tan arcáico? Las mujeres podemos ser lo que queramos…mientras compremos sus cosas.
5. “Si eso le pasara a un hombre, nadie diría nada, doble moral”
Y ya se hizo un ejercicio con un modelo masculino que vivió lo mismo. Pero, ¿cuántas mujeres les tocan el culo a los tipos en el espacio público, los fuerzan a bailar con ellos, abusan de ellos, les tocan sus partes sin su consentimiento? ¿Acaso Warren Beatty, o Tom Holland o Chris Hemsworth fueron acosados por alguien para avanzar en su carrera? ¿A cuántos manes los matan por ser manes? Y sí, que hay casos, hay casos, pero esa misma cultura de “los hombres son duros y no lloran” hace que muchos se escondan. Y de todos modos eso no incide en las estadísticas.