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¿Crimen pasional o femicidio? Una reflexión a raíz del titular de un diario

El amor no mató a la descuartizada joven colombiana en Chile, fue el machismo.

Yuliana Acevedo es el nombre de la joven colombiana que se trasladó a vivir a Santiago de Chile a fines del año pasado en busca de una nueva oportunidad laboral. Vivió junto a Edwin Vásquez (25), su pareja de también nacionalidad colombiana que la convenció en tomar la decisión.

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La joven de apenas 21 años fue víctima de un constante maltrato durante su relación, e incluso su familia estaba al tanto, pero nunca tomaron cartas en el asunto hasta que ya fue demasiado tarde.

Hace unos días fue asesinada, descuartizada y arrojada al río Mapocho en manos de su pareja. Un macabro hallazgo que finalmente dio con el culpable, quien arriesga 15 años de presidio perpetuo calificado.

Esta noticia escaló a los medios de comunicación acaparando la atención y el asombro de la opinión pública. Así fue como el diario popular La Cuarta, uno de los más leídos en Chile, tituló en su portada una frase que causó la molestia de muchos a través de las redes sociales.

 

Cabe preguntarse cómo es posible que el amor y los celos cobraron la vida de Yuliana. Más encima, cómo dicen que es un crimen pasional, si esto está diciendo a gritos que fue un femicidio con todas sus letras.

Basta de maquillar la realidad para que los lectores sigan justificando atrocidades como esta y atribuyéndole la culpa al amor, porque por amor no se hacen estas cosas y menos se llega a matar a alguien.

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Es lo mismo que sucede cuando las mujeres se acostumbran al maltrato, se aguantan y más encima justifican a sus parejas. Se transforma en un círculo vicioso infundado por el miedo y la dependencia emocional.

Por lo mismo, titulares como los que suele escribir este diario, no ayudan a que la gente entienda que matar a una mujer no se justifica como un acto en el nombre del amor, sino que es la muestra del machismo puro y camuflado por la sociedad.

 

Además, escribir dentro de la nota para referirse a ella como “la bella colombiana” deja mucho que desear. Me pregunto si realmente importa que sea o haya sido bella, si lo relevante es que se trata de una mujer que fue asesinada. Pienso que lamentan su pérdida porque ya no podrán acosarla con “bellas palabras” en la calle.

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