Bocinas, insultos, personas malhumoradas. A nadie le gusta manejar cuando hay demasiado tráfico, sobre todo porque a pesar de que nos encantaría tener el poder de despejar las vías mágicamente, no lo podemos hacer.
Cada día son más las personas que deciden dejar el auto y cambiarlo por la bicicleta, y el tráfico es una de las razones. Las ciudades grandes y pobladas tienen esta característica; muchos autos, contaminación y estrés.
Si no tienes alternativa y estás obligada a manejar en las peores horas de tráfico, es importante que consideres algunas técnicas para evitar que te afecte tanto.
Si te estresas al manejar, seguramente llegarás de mal humor al trabajo y con sólo pensar en que tienes que manejar de vuelta, ya estás predispuesta a estar malhumorada cuando llegues a tu casa.
Hay estudios que comprueban lo nocivo que puede ser el mal tráfico para las personas. Según datos de la Agencia Nacional de Tránsito de Estados Unidos, los conductores se vuelven agresivos, desarrollan más ataques de ira y trastornos de ansiedad, y su mala actitud en las calles puede extrapolarse a más aspectos de su vida.
Maneja, respira, maneja
El portal de psicología Psychology Todav entrega buenos consejos para manejar los estados de estrés cuando hay mucho tráfico. Un buen tip es escuchar música que sea agradable para los oídos.
Si pones canciones que te gustan, podrás abstraerte un poco del entorno en el que estás y te podrás relajar dentro de lo se puede en esa situación. Además, trata de dejar el teléfono a un lado.
Si ya estás estresada por el tráfico, y además quieres contestar todos los mensajes que te mandan tus amigos, es probable que colapses más y que te sientas más abrumada.
No te olvides de respirar profundamente. El estrés hace que estemos en alerta y también, puede generar que, inconscientemente, respiremos de forma más superficial y rápida.
Unos minutos de respiración profunda ayudarán a oxigenar tu cerebro, y eso contribuirá a bajar los niveles de ansiedad. A pesar de que puedes sentir rabia o molestia, acéptala y déjala ir.
No te quedes con esas malas sensaciones; considera que ese momento tendrá que pasar y que no tiene por qué definir lo que eres. Lo mismo se aplica a los demás conductores. Si recibes insultos gratuitos, piensa en que ellos están descargando su ira en ti, pero tú no tienes la culpa de que ellos sientan ira.