“Supe que te ascendieron, me imagino que estás muy feliz”. ¿Estás realmente feliz porque tienes un mejor puesto en el trabajo o el motivo de toda esa dicha tiene que ver con la linda tarde que pasaste con tu familia?
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Lo más probable es que para algunos, el ascenso sea más que un motivo de felicidad; es la materialización de lo que estaban esperando hace mucho tiempo. Para los que buscan el éxito laboral, este tipo de hechos son claves; todo el trabajo que han hecho ha dado frutos y eso les produce satisfacción.
Sin embargo, hay otras personas que no asocian el éxito laboral con la felicidad, sino que simplemente, lo consideran como algo que tienen que hacer, que es parte de la vida, pero que no es lo más importante.
La sociedad nos obliga a ser exitosos. Desde que somos pequeños, las personas mayores nos tratan de inculcar el concepto del éxito y nos hacen asociarlo con la felicidad y la satisfacción.
Si un niño no es “exitoso” en el colegio, los demás lo catalogan de mediocre. Si una niña no tiene interés por las matemáticas y en realidad ama pintar o cantar, es común que los adultos le digan que tiene que buscar otras cosas que la hagan ser exitosa, como las matemáticas.
Para algunos, el éxito no tiene que ver con la cantidad de dinero que tienen en la cuenta bancaria o con los países del mundo que pueden visitar. El éxito es algo abstracto y subjetivo.
Quizás para ti, ser exitosa tiene que ver con ser un poco más feliz cada día o con quererte más a ti misma de lo que te querías hace dos años. Alguien puede sentirse exitoso porque tiene una linda familia, porque tiene amigos o porque encontró un lindo lugar para leer un libro por las tardes.
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Después de todo, hay que pensar que todos llegamos al mundo desnudos y nos iremos de la misma forma. Las cosas materiales y el dinero no nos servirán de nada cuando cuando ya no estemos en la Tierra, pero nuestra alma sí puede crecer y trascender con el amor propio y los momentos felices de la vida.
Si el éxito laboral es importante para ti, está muy bien. Si el esfuerzo que haces día a día en el trabajo te llena como persona, mejor aún. Cada uno elige qué hacer con su vida, lo importante es que seamos fieles a nuestras propias convicciones.