Hoy me abrazó la nostalgia y decidí convertir mis letras en algo que me hiciera revivir los momentos más lindos.
He recordado una vez más que no puedo; lo que hice, lo que no hice y todo lo que ha quedado pendiente se quedó congelado en alguna parte de mi vida y no hay poder humano que me haga volver al lugar que amé, al momento en el que me dejé ir y en el que creí que podía morir feliz.
No me sobra el tiempo —y a nadie— para volverlo a poner en donde me hubiera gustado quedarme por siempre… siempre, nunca. Da igual.
No puedo regresar, pero sí puedo traer a mis segundos de ahora, algo que me aliviane la memoria, que acaricie mi nueva realidad y que consuele los recuerdos.
¡Qué afán de darle temporalidad a la vida! Presente, pasado y futuro. No existe nada de eso.
Ningún pasado pasó, mientras se siga manifestando con una lágrima cuando lo traes de vuelta.
Si pudiera hacer al tiempo volver consideraría quedarme contigo para siempre, aunque “siempre” sea la palabra más incierta de tu vocabulario. Pensaría en tatuar tu espalda con cada pensamiento que tuviera de ti. Recorrería todos tus latidos tranquilamente hasta encontrar alguno dedicado a mí.
Gracias por ser, estar y compartir. 🙂
