Ximena era feliz, seguía en la universidad, trabajaba a tiempo parcial el cual no era muy bien remunerado, pero donde sí se sentía a gusto. Vivía en una bonita casa, tenía un gato y a Alberto, su novio con quien convivía. Se le veía contenta y dichosa, todo marchaba perfecto hasta que un día supo que Alberto le era infiel, pero no de una noche, sino que tenía una relación sentimental por la cual la dejó, marchitando su amor y sus deseos de una vida juntos.
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Cuando me enteré de esta historia se me apretó el corazón de sólo imaginar lo que esta mujer estaba pasando, toda su ilusión se marchitó y murió de un segundo a otro y sus anhelos y sueños se fueron al tacho de la basura. Debo reconocer que sentí miedo, no de ese miedo que aparece cuando estás frente a una situación como un robo, sino que un helado sentimiento de temor que me invadió, temor a perder a personas, a que te engañen, que te dejen sola, vulnerable y te sientas completamente desechable.
También pensé si cosas como estas le ocurrirían a la mujer alfa, aquella fémina fuerte y capaz de sostenerse en pie frente a duras situaciones de la vida diaria, como es la infidelidad. Igualmente se me pasó por la cabeza cómo actuarían en una situación así aquellas mujeres que siguen con pensamiento machista, pero por más que traté de imaginarme a distintos tipos de personas en una situación como esta, no pude sino llegar a una única conclusión: debe ser una de las peores angustias de la vida.
Podemos incluso llegar a un consenso universal de lo mal que debe sentirse una situación así, pero ¿hasta cuándo se soportará? Es decir, todo el panorama cambió, puede que ni siquiera te pase lo que a Ximena le pasó, pero igualmente seas reacia a demostrar en demasía tus sentimientos, lo importante es no esconderlos, no dejar de luchar por un fracaso, salir adelante, tomar las riendas de la vida y aprender a confiar nuevamente en las personas.
Se dice que nunca se termina de conocer a la gente, pero no por ello no vas a intentar tener una relación sana con alguien, debes recordar que no todas las personas son iguales, y que si algún día te encuentras con alguien que no te valoró lo suficiente, en menos tiempo del que piensas aparecerá aquella persona que sí se dará cuenta cuánto vale tu compañía y tu cariño.
No te cierres a confiar en tu pareja, no pienses a cada minuto en lo malo que podría ocurrir, sino que aprende a vivir plenamente tu relación. Suena complicadísimo, sobre todo si has sufrido y te han roto el corazón, pero lo bueno es que la vida no se acaba y siempre tendrás la posibilidad de comenzar de nuevo, de volver a confiar y volver a entregar sentimientos sanos y genuinos…