Parece que con la generación de los neosolteros, quedaron atrás las tías solteronas que te dejaban un besote marcado en la mejilla y te regañaban por comerte los chocolates para los invitados aunque fueras invitada (en serio, tía, eres una amargada). Lo de hoy somos las PANK: Profesional Aunt No Kids (tía profesional sin hijos).
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Un estudio llevado a cabo en 2010 en Estados Unidos reveló lo que todos estamos notando: las mujeres cada vez más prefieren posponer la maternidad hasta después de los 30 o incluso 40 y darle prioridad a su carrera profesional. Esto provoca que las que “lo estamos posponiendo” nos convirtamos (me incluyo) en tías enamoradas de sus sobrinos y con un poder adquisitivo importante.
Curiosamente, esas mujeres que no tenemos hijos por el momento estamos conscientes de la riqueza que el amor de un niño, aunque sea ajeno, le trae a nuestras vidas. A diferencia de nuestras hermanas y amigas madres, podemos usar nuestro presupuesto con más soltura, no para lo que los sobrinos necesitan, sino para consentirlos.
El rol de tía no se reduce a comprarle helados a los sobrinos, aunque es una de mis partes preferidas. Las PANK somos un apoyo para la mamá, desde emocional y a veces económico, hasta ser otro par de oídos muy al pendiente de lo que pasa en la vida del sobrino o sobrina. ¿Cuántas veces no sentiste más confianza con tu tía para hablar del niño que te gustaba o de quienes te molestaban en la escuela? No se trata de revelarle los secretos de tus sobrinos a su mamá, pero sí de detectar conductas o situaciones de riesgo, ¡es como ser mamás en equipo!
La posición económica de las PANK ha hecho que nos volvamos incluso el target de campañas de mercadotecnia. La idea es que la mamá no le comprará ese súper juguete que usará dos veces y cuesta lo mismo que cinco sesiones con el dentista, pero probablemente la tía se diga, “¿Por qué no? Si lo quiere y puedo comprárselo”.
No solamente las marcas de juguetes, también otros productos infantiles como ropa, parques de diversiones y hasta vacaciones orientan sus campañas y promociones a la tía buena onda.
Mi experiencia me dice que no deberían restringirse a las tías. Ok, tenemos más desarrollado el instinto materno, pero los tíos son también de lo más consumistas y consentidores. Mi hermana no tuvo que comprarle ni una prenda de ropa a su hija durante sus primeros cinco años de vida, y aunque me gustaría colgarme esa medallita, la verdad fue mi hermano quien la mantuvo siempre guapísima.
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Aparte, si le pusieran a PANK la U de “uncle” (tío), quedaría PUNK y se vería más padre.
¿Y tú? ¿Mueres y matas por tus sobrinos como lo dicta la moda?
Fuente: Ohlalà