El 2013 para algunos fue el año del twerking, de Miley Cyrus, Blurred lines, selfies de celebrities, twerking, Emily Ratajkowski, exhibicionismo y desnudos sin justificación, y más twerking. Hoy en día la cultura pop se resumen en una palabra: polémica.
En una encuesta realizada por la coalición End Violence Against Women (fin a la violencia contra las mujeres) que representa a 60 grupos que trabajan en ello, el cantante Robin Thicke se posicionó en el primer lugar como el sexista del año.
La vocera de la coalición, Sarah Green, expresó:
Nuestra más sincera felicitación al digno ganador Robin Thicke, por sus esfuerzos sexistas y por la plataforma de rechazo que ha creado sobre el uso de la mujer como objeto para promocionar el pop mediocre.
Después del tan polémico vídeo “Blurred lines” donde aparece Thicke rodeado de chicas desnudas -entre ellas Emily Ratajkowski quien además ganara el premio como la mujer del año por Esquire-; dicho vídeo saturado de connotaciones sexuales que fue también parodiado a la inversa por un grupo de estudiantes feministas.
Además, por su presentación junto a Miley Cyrus en la entrega de premios de MTV, el de la popularización del twerking; y no es para menos ver a una talentosa cantante, sí talentosa, preferir manejar una imagen hipersexualizada y ser la comidilla del consumismo, es un poco decepcionante.
Si acaso la buena noticia en que aún prevalezca una visión cosificadora de la mujer, es que cada vez la respuesta de indignación hacia estas manifestaciones sexistas es de la misma magnitud que en principio la ofensiva, evidenciándolo, y que podamos ser más críticas sobre el papel que desempeña la mujer en los productos que nos dan a consumir.
Fuente: The Guardian