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La guía Belelú para las chicas despistadas

Lo seas o no, la realidad es que damos poca importancia a los detalles, hasta que se convierten en un dolor de cabeza.

Ser una mujer despistada tiene, en efecto, más desventajas que puntos a favor. Sin embargo, lo distraída que seas nada tiene que ver con tener más o menos habilidades que otras personas o el qué tan inteligente eres. Es cuestión de organizarnos mejor, puesto que a veces andamos tan ocupadas que parecemos un remolino tipo la bestia de Tazmania.

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Vale también considerar que no todas las personas son ‘bien intencionadas’ y algunas no tienen el menor empacho en tomar lo que no les pertenece y abusan de que seamos “despistadas”; lección que acabo de aprender con la “desaparición” de mi smartphone.

En realidad ser distraída ocurre más con detalles, y ya que es imposible darle prioridad a cosas como saber dónde dejamos el encendedor, mejor hay que valernos de algunos trucos:

Las llaves

Por si las olvidas y tienes que regresar al lugar para recuperarlas, o simplemente saliste de casa sin ellas y tendrás que ver la maravillosa habilidad con qué un cerrajero abre tu puerta con un billete de la denominación de un sueldo diario.

Tip. Saca al menos 3 juegos de tus llaves. Uno para ti, uno más para visitas (siempre deben estar dentro de la casa cuando no tengas visitas) y uno extra que le darás a la persona que más confianza le tengas (y de la que estás segura de que no hará una fiesta cuando estés fuera de la ciudad), estas serán las llaves de emergencia.

Recados

Si contesto un teléfono fijo, el 99% de las probabilidades indican que la llamada no será para mí. Primera razón por la que lo evito, y la segunda porque olvido pasar los recados ¡todos! Pero hay ocasiones en las que no puedo eludirlo.

Solución. La regla aquí es no dar los recados oralmente, ni te molestes; mucho menos se los encomiendes a alguien más para que te los recuerde. Siempre ten a un lado del teléfono una libreta y una pluma, exclusivos para ese fin. Contesta y apunta, fin. Eventualmente la secretaria cuando vuelva a su lugar, o tu madre en su casa, o quien sea, los verá.

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Una caja para los objetos del diario

Para las llaves, el maquillaje, el espejo, el teléfono, el cargador, el bálsamo, las tarjetas, la agenda y más que cargamos en la bolsa, en la cartera o en las prendas que vestimos. Ten una caja (de cartón o de zapatos, la puedes decorar), o un organizador o estuche, en un lugar en específico en la casa, en donde deposites todo esto cuando cambies no solo de ropa, también de bolsa o de cartera. Nada de andar revisando bolsillos de aquí y de allá para saber dónde dejaste tus objetos, solo tendrás que llenar y vaciar, es súper efectivo.

Apuntes y listas

Aquí su servidora, la reina de las listas. La agenda es un imprescindible, pero hay pequeñas notas mentales que te ocurren cada 10 minutos y que vuelve impráctico sacar la agenda cada vez y anotarlas.

Evernote en mi teléfono suple la necesidad de hacer listas diariamente, se los recomiendo un montón, además de ser dinámico tiene algo bastante valioso: su simplicidad.

Papelitos por todos lados

Acumulamos muchos papeles, se amontonan y para limpiar rápido, los tiras todos sin prever que en el reverso del ticket del café tenías un dato que ocuparías el día siguiente.

Solución. Con tu teléfono toma foto a estos apuntes importantes y desecha de una vez el papel. Aplica para los retiros del banco (aunque es más útil que te los notifiquen al e-mail), los recibos de pago o depósitos bancarios, para los teléfonos que te anotan en las prisas, para tarjetas de presentación que no estás dispuesta a conservar a menos que tenga un diseño padre; y bueno porque a veces pasa, también fotografía eso que te apuntaste en la mano y que se borrará cuando te bañes.

Los passwords

Thumbs up si tienes más de 25 cuentas, suscripciones y servicios que accedes por internet. Usar la misma contraseña suena fácil, pero no siempre aplica. Porque si tu “llave maestra” era de 8 caracteres, habrá otras que te pedirán 10 ó 12 como mínimo, las que te exigen incluir números o distinción mayúscula/minúscula, o las que te asignan y no puedes modificar.

Haz una nota en tu e-mail o en tu evernote, con todos los passwords y actualízalo conforme los modifiques o agregues más, por supuesto toma precauciones. Así ya sabrás a donde recurrir cuando necesites el password del directorio de los recursos gráficos de una marca a la que accediste hace dos años por última vez.

La pastilla anticonceptiva.

Esa no debe olvidarse nunca, pero suele pasar. Me funcionaba mejor tenerlas en la oficina que en casa, pues la última a veces solo sirve para ir a dormir.

Si la llevas en tu cartera o en tu bolsa, ponlo en un lugar a la vista o en el compartimento de las llaves o de tu teléfono. En mi caso, en el cajón del escritorio era el lugar obligado en la oficina, lo abría y cerraba un sinfín de veces.

No distraerse en la calle

Al ser una persona visual, esta es la más difícil; mientras camino es mi momento favorito para planear mi día, tomar inspiración y observar todo alrededor (sí, también los pájaros en los cables), me gusta ver las personas, las marquesinas, los niños, el paisaje urbano, los colores, las faltas de ortografía, si las nubes son cirros, estratos o cúmulos, el dibujo imaginario que se forma en mi mente. Llevo la vista (y la cabeza) en todos lados menos en mis pies y en lo que está al frente.

Si no quieres verte de pronto cruzando en un semáforo en verde para los vehículos, es mejor buscar todos los medios para no distraerse, y dejar esos momentos para cuando estemos en un lugar seguro.

La maleta de viaje

Si eres de las que carga literalmente todo en su maleta y no concibe que las personas no lleven, por ejemplo, las almohadillas para desmaquillar o su propio gel de baño cuando viajan; entiendo tu frustración cuando algo se te olvida en casa.

Solución. Las listas ya mencionadas son una ayuda, pero además de ordenar todo lo que llevarás antes de meterlo a la maleta, ya sea en el piso o en la cama, tómale una foto y sigue tu rutina. A la media hora, verifica con la foto si se te escapa algo, porque el poder visual de las cosas a veces es mayor que el verbal (las listas), también compara al momento de ir empacando tu maleta, con la lista y la foto.

Por último querida despistada, date tiempo para tomar un respiro y reducir el estrés, para que nada se te escape.

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