Primero, ¿qué es la generación Y? Somos las mujeres (y los hombres) que nacimos a finales de los años 70’s y hasta la mitad de los 90’s. Segundo, ¿qué entendemos como felicidad? La definimos mediante dos parámetros: la realidad y la expectativa. La gente es feliz cuando la realidad de sus vidas resulta mejor de lo que esperaban. Por el contrario, si la realidad resulta peor que las expectativas, las personas son infelices.
El portal Wait But Why propone llamar GYPSY (Jóvenes Especiales y Protagonistas del Gen Y, por sus siglas en inglés; juego de palabras con el término “gitanos”) a los miembros de la generación Y. Estos GYPSYs son unos jóvenes muy singulares que se creen protagonistas de una historia muy especial; viven su vida y están satisfechos de ser quienes son, el único problema es que son infelices.
Los GYPSYs son los hijos de los baby boomers, los nacidos en los 50’s cuyos padres vivieron los años de la guerra. Estos, los abuelos de los GYPSYs eran personas obsesionadas con la seguridad económica y con trasmitirles a sus hijos cómo construir una carrera funcional y segura. Así, a los baby boomers se les enseñó que trabajando duro inevitablemente obtendrían el progreso y así fue, vivieron una época de prosperidad económica sin precedentes (80’s y 90’s). De esta manera, lograron hacerlo mejor de lo que esperaban, haciéndolos sentir satisfechos y optimistas.
Tras su experiencia una vez que mejoraron por mucho las condiciones de vida en comparación con la de sus padres, los baby boomers sembraron en los GYPSYs la sensación de optimismo y de las ilimitadas posibilidades, la idea de que podrían ser todo lo que quisieran ser e inculcándoles la identidad del protagonista especial en lo más profundo de su psique.
Por lo tanto, la primera afirmación es que los GYPSYs son personas tremendamente ambiciosas.
Ellos necesitan algo más que una carrera segura y próspera, eso no les resulta suficiente ni excepcional. A diferencia de sus padres, los GYPSYs solo quieren vivir su propio sueño personal, con el protagonismo que les inculcaron, pues convivieron por más de veinte años con frases como “sigue tu pasión”, donde actualmente “una carrera segura” no es tan atractiva como lo es para ellos “una carrera satisfactoria”. Es decir, los GYPSYs quieren prosperidad económica al igual que sus progenitores, pero también sentirse satisfechos con sus carreras a diferencia de sus padres que no le dieron tanta importancia a esto último.
Pero hay algo más, mientras las metas de los GYPSYs se han convertido mucho más ambiciosas y singulares, ellos recibieron durante su infancia un segundo mensaje: Ustedes son especiales.
Esto nos lleva a la segunda afirmación, los gypsys deliran.
Se les enseñó que además de “ir tras esa carrera satisfactoria”, el GYPSY es “una persona maravillosamente excepcional” y por lo tanto su carrera y su vida deben de destacar entre la multitud, y creen que cada uno está destinado a algo “mejor”.
Mientras sus padres creían que tras años de trabajar arduamente les daría una gran carrera, los GYPSYs dan por sentado que una gran carrera es dada a excepcionales personas como ellos, y que solo es cuestión de tiempo y escoger el camino a seguir. Como si se tratase solo de esperar a que el mundo vea lo maravillosos que son para obtener esa grandiosa carrera. Desafortunadamente, para las ambiciones que se forjaron, la triste realidad es que de hecho deben de trabajar duro, sus carreras soñadas toman años de sangre, sudor y lágrimas; pero eso es algo que los GYPSYs no aceptan y cuando confrontan su realidad con sus expectativas, obtienen una puntuación negativa en términos de felicidad.
A esto le añadimos la tercera afirmación, los GYPSYs son burlados.
Seguramente muchos compañeros de clase de los baby boomers fueron más exitosos, pero probablemente ellos no se enteraban o solo esporádicamente escuchaban sobre lo que acontecía en la vida de otros. Desafortunadamente para los GYPSYs, frecuentemente se encuentran burlados por un moderno fenómeno: la elaboración de una imagen en Facebook.
Las redes sociales crean un mundo donde lo que todos hacen está a la vista, donde la mayoría de la gente presenta una versión exagerada de su existencia, y donde las personas que más anuncian sobre su carrera o sus relaciones son quienes van en ascenso, mientras que quienes están en aprietos al respecto son los que menos difunden su situación. Esto, erróneamente deja a los GYPSYs la sensación de que todos lo están haciendo muy bien, excepto ellos. Por eso son infelices, o al menos se sienten un poco frustrados e ineptos. De hecho, es muy probable que hayan empezado su carrera perfectamente bien, pero para ellos es decepcionante.
Para concluir, el sitio Wait But Why propone tres recomendaciones para los GYPSYs:
- Mantente ambicioso. El mundo actual brinda la oportunidad de que personas ambiciosas alcancen ese éxito pleno y satisfactorio.
- Deja de pensar que eres especial. El hecho es que, ahora mismo, no eres una persona especial. Sólo eres otro joven completamente inexperto que no tiene mucho que ofrecer todavía. Puedes convertirte en alguien especial después de trabajar muy duro por un largo tiempo.
- Ignora a los demás. Que los logros de los demás parezcan mejores no es algo nuevo, pero en el mundo de hoy de la imagen fabricada, los logros lucen superlativos. La realidad es que todos dudan de sí mismos, son indecisos y frustrados al igual que tú, pero si tú simplemente haces lo tuyo, nunca tendrás que envidiar a los demás por ninguna razón.
¿Les parece acertado este planteamiento sobre la infelicidad de la Generación Y? ¡Compártenos tu opinión!
Fuente: Wait but why