Así es, la rutina termina por fastidiarnos hasta las relaciones de pareja. Y hablando específicamente de nuestro trabajo en el que nos pasamos 8 horas diarias o hasta más, no es la excepción. Tomando en cuenta la cantidad de tiempo que le invertimos, debería ser realmente algo que disfrutemos; bien dicen que “el que ama lo que hace, no trabaja, se divierte.”
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Todas pasamos por la típica etapa del “no se qué hago aquí”, “debí estudiar diseño de modas” (por poner sólo un ejemplo de algo que podría resultar más atractivo). Te tengo una buena noticia: es normal. Alguna vez sentiste emoción por haber encontrado ese trabajo que no todas tienen, renueva ese amor, esa emoción que aún es posible encontrar siguiendo estos sencillos consejos:
Hagamos un truco
La antropóloga Helen Fisher en su libro “Anatomía del amor” expone que después de 3 años de iniciada una relación, el enamoramiento desaparece. No se desanimen porque afortunadamente se puede recuperar gracias a pequeños trucos como el del factor “novedad”; esas experiencias frescas que le dan sabor de nuevo a las relaciones. Es un truco que tu cerebro acepta. La sensación de novedad desencadena la producción de dopamina que te hace sentir eufórica y podría simular lo que sucede cuando te encaprichas con algo.
Este truco te ayudará también en el trabajo. Encuentra ese nuevo reto, pero no lo hagas simplemente por hacerlo. Tus proyectos deben ser importantes, justificados y sobre todo que te emocionen bastante. Hazte las preguntas: ¿qué me trajo aquí?, ¿qué me apasiona?
Echa un vistazo hacia afuera
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo realmente emocionante? Y no nos referimos a las fiestas. Viajar sola, ir al teatro o actuar tú en una obra, conocer nuevas personas, ayudar a una causa, leer un nuevo libro, experimentar nuevas recetas de cocina… todo esto servirá para que llegues más motivada a tu trabajo las próximas veces.
Establece límites
Tu trabajo es primordial, pero también tu vida personal. Saborea cada experiencia de una forma distinta. Establece límites y encuentra pasión en ambos. Recuerda que mantener el equilibro es parte de cualquier proceso y que el exceso termina perjudicando.
Ama tu trabajo, encuentra esas áreas donde sabes que eres buena, ármate de valor y presenta una propuesta. Dicen por ahí que el no ya lo tenemos, así que seguramente te sorprenderás de lo emocionante que puede ser tu siguiente proyecto. Cuando lo hagas, nos encantaría que lo compartieras con nosotras.
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Foto: farm6 en Flickr
Fuente: HuffingtonPost