La policía rusa busca a las dos integrantes del quinteto de punk, Pussy Riot, quienes lograron escabullirse de la detención del 21 de febrero, tras intervenir con su “rezo punk” , canción contra el líder Vladimir Putin, en el altar de la catedral Cristo Salvador en Moscú.
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“Se están efectuando la pertinentes labores de búsqueda y captura”, informó hoy un portavoz de la policía rusa a las agencias locales.
Esto, luego de que Nadia Tolokónnikova (22 años), Yekaterina Samutsevich (30 años) y María Alejina (24 años) fueran condenadas el pasado viernes a dos años de cárcel por “vandalismo” con incitación al “odio religioso”. Con derecho a una apelación.
“Según las normas procesales, una copia del fallo nos debe ser entregada en un plazo de cinco días desde su dictado. Seguidamente, tendremos diez días para la preparación y la presentación del recurso de casación ante el Tribunal Urbano de Moscú”, explicó Nikolái Pólozov, abogado de las irreverentes “religiosas”.
Las tres cantantes, probablemente en un acto de fidelidad, se han mostrado firmes ante los interrogatorios y no han revelado el nombre de sus compañeras, asegurando conocerlas sólo por sus apodos.
Las chicas pidieron a sus partidarios en todo el mundo que se pongan las ya famosas capuchas de colores y se rebelen contra Putin.
Y así ha sido, las protestas en favor de la liberación de las chicas de Pussy Riot han traspasado las fronteras del país del vodka y hoy, cantantes, asociaciones de derechos humanos y miles de personas de todo el mundo, se manifiestan en contra de la dura medida de represión que vulnera la libertad artística y por ende, de expresión.
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Por otra parte, las chicas de Pussy Riot deberán enfrentar otro juicio, debido a la demanda presentada por una mujer de Novosibirsk, que acusa al grupo punk de haberle ocasionado “daños morales” con su canción.
La demandante, que presentó documentos médicos que confirman el “profundo sufrimiento espiritual” causado por la actuación en la catedral, exige 30.000 rublos de compensación (menos de 1.000 dólares).
Sin embargo, el grupo musical, cuyo número de integrantes ha cambiado con el tiempo, no se deja intimidar y adelantó que ya prepara nuevas acciones artístico-musicales de protesta contra el Kremlin, transformándose en un verdadero fenómeno social.
