¿Se acuerdan de esa incómoda etapa de la adolescencia en la que sentíamos que teníamos que probarle algo al mundo? No soy la única que pasó por ella, de eso estoy segura, y es que Rihanna me lo recuerda todos los días con sus ya cansados intentos de hacerse pasar por la chica más mala y rebelde del mundo de la música.
Entre ella, Nicki Minaj y Lady Gaga no me queda muy claro quién es la más ruda, y lo digo de la manera más sarcástica posible. Y es que después de ver cómo Paris Hilton y Lindsay Lohan se compraron un boleto sin regreso al infierno de los tabloides con los escándalos e infortunios que le regalaron al público sediento de desgracia ajena, no entiendo cómo alguien tan talentoso como Rihanna quiere hacer lo mismo.
Aunque también puede ser que estemos viendo una versión exagerada de cómo reacciona una chica cuando le rompen el corazón; ya saben, esa actitud de “me la paso muy bien sin ti, ven a ver cómo no te necesito, pásenme otra botella por favor… ” y ella, en lugar de componer canciones desgarradoras como Adele, se desahoga con drogas en festivales y viendo strippers. De la manera menos discreta posible: twitteandolo y subiéndolo a su cuenta de Instagram.