Dicen que uno de los peores enemigos de las relaciones largas y sobre todo del matrimonio es la rutina. Si bien se ve muy simple de evitar, a veces pienso que es casi imposible. Tengo varias amigas que han pasado por ello y entre ellas, yo también me incluyo.
Lo más terrible es que llega un punto en que si bien lo hablas una y mil veces con tu pareja para que hagan cosas distintas y se den el ánimo, llega un punto en que el cansancio y el estrés del día a día, no los deja.
Hubo un tiempo en el que yo pasé por eso. Lo conversé muchas veces con mi pololo (novio) y quedamos en que al menos una vez a la semana haríamos cosas distintas. De hecho quedamos en que todos los domingos saldríamos a dar paseos en bicicleta. Cada uno tenía que pensar diferentes rutas y luego realizarlas. La verdad es que nos sirvió demasiado y salimos de esa terrible monotonía.
Siento que hay veces en que en este tipo de casos no es necesario hablar tanto, es mejor actuar. Si sientes que la rutina los está matando, hay ocasiones en que no tienes que preparar un discurso para decirle “estamos mal, hacemos siempre lo mismo y ya casi no tenemos sexo”, es mucho más rompe esquemas esperarlo con una ropa sexy en tu cama, irse a un motel, viajar a la playa, hacer un picnic alejados de la ciudad, entre muchas otras cosas que puedes hacer con el hombre que amas, ¿no creen?
Si estás pasando por esto, te invito a que busques una rica actividad antes de estar lamentándote todo el día o pensando en tener una conversación aburrida.