Antes de todo les pido disculpas por mi escritura, ya que hace poco estoy aprendiendo el castellano.
PUBLICIDAD
Mi nombre es Sarah y soy norteamericana. He vivido en diferentes lugares y he viajado a mucho. De hecho, durante 18 años viví entre Long Island, Nueva York y Silicon Valley. La verdad es que para poder vivir en tantos lugares solo necesito un departamento con cosas buenas, fotos de mi familia y una computadora. Porque nuevos amigos se encuentran, así como nuevos restaurantes y nuevas tiendas favoritas. Al final, la vida es todo un cambio.
Cuando me mudé a Chile nunca pensé que sería igual que Estados Unidos. Además, al poco tiempo me di cuenta que acá no hay Amazon.com, GAP, Banana Republic, Victoria’s, Secret, Crate and Barrel, IKEA, Target… Es que en realidad Estados Unidos es un paraíso para los compradores. Y esto, es una de las cosas que extraño de mi país.
Pero la verdad es que me mudé a Chile para un cambio en mi vida. Para tener una vida con salud, amor y felicidad. Además, creo que una de las razones por las que no tengo problemas para vivir en Chile es la tecnología. Sí. Porque soy una geek, y por lo mismo tengo los conocimientos –y los recursos- para conectarme con mi país.
De esta forma, si necesito hablar con mis padres, puedo usar Skype como un teléfono fijo. Si quiero mirar los últimos programas de la televisión de Estados Unidos, puedo usar mi computadora para descargarlos. Si tuviera un accidente o necesitara visitar a un doctor, tengo un seguro de salud increíble que me permite atenderme con doctores que hablan inglés. Si necesito comprar algo en Estados Unidos, tengo contratado un servicio especial que me manda esas cosas a Chile. Y así, muchas cosas más.
Creo que hay muchos gringos que viven fuera de Estados Unidos que no tienen estos servicios que yo tengo en Chile. Y claro, para ellos debe ser más difícil su vida en el extranjero. Sin embargo yo, desde el primer día que llegué a Chile, me sentí como en casa. Y mucho más con todas las cosas geek que les mencioné antes.
PUBLICIDAD
Y en Chile me siento bien. Porque durante cinco años traté sin éxito de armar una casa en California y no lo logré, porque me sentía como una extranjera. Yo sé que soy una extranjera en Santiago, y lo seré para siempre. Pero en mi mente no me siento de esa manera, porque hay demasiadas cosas que me encantan de Santiago.
Me encanta la ciudad, la belleza de sus parques y sus amplias calles. Me encanta el Metro y la facilidad para ir caminando a cualquier parte. Me encanta mi trabajo y el corto viaje que hago cada día a mi oficina. Y lo más importante, me encanta mi pololo. Porque él hace que mi corazón se sienta feliz, porque me apoya y porque me hace sentir como en casa.