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Incendios femeninos: Todas hemos dejado la plancha de pelo prendida

A todas nos ha pasado alguna vez.

Esta mañana, vino a nuestra oficina un capacitador del ISP que tenía la dura tarea de enseñarnos a usar el extinguidor de fuego. Todos, muy entusiasmados nos fuimos a la reunión. Mientras pasaban un power point de prevención de incendios, las mujeres comenzaron a contar experiencias con las que me sentí sumamente identificada.

Me puse a pensar que en muchos casos las mujeres somos un peligro para nuestros hogares; como siempre estamos haciendo miles de cosas al mismo tiempo, cometemos algunas despreocupaciones que se pueden traducir en graves accidentes:  pareciera que nuestra especialidad, son los  incendios.

Hace un tiempo que me corté chasquilla, pero como mi cabello es ondulado, debo alisármela a diario. Imagínense todas las mañanas entre que te vistes, preparas el desayuno para el gordo, encrespas tus pestañas, ordenas tu cartera, dejas la plancha del pelo calentando y ¿qué pasa si un días estás muy atareada y te olvidas de apagarla? Lo que a mí, se me achurrascó la portada plástica de mi libro más querido “1001 películas que hay que ver antes de morir”. Cuando volví del trabajo vi lo que había ocurrido y lloré por mi libro, pero en realidad, lo que me debería haber preocupado es haber causado un incendio. Jamás se me pasó por la cabeza.

Otra típica es la del horno con cachureos. Muchas veces contratas una persona para que limpie tu casa y si está apurada mete cualquier cosa en el horno con el fin de ordenar un poco lo que se ve. El problema comienza cuando lo que se esconde es de material inflamable como cartón o papel. Unos días después se te antoja comer un pollo asado; lo metes al horno y minutos después tu departamento está lleno de humo, te acercas a la cocina y vez que una llama sobresale. Terrible.

Se supone que somos las reinas para mantener el control de las cosas, pero lamentablemente el ritmo de vida que tenemos a veces hace que las cosas se salgan de nuestras manos.

Otro ejemplo es el de la plancha de ropa, lo que no les ocurre exclusivamente a las mujeres sino que es un accidente potencial que compartimos con ellos. En mi caso es el gordo el que plancha sus camisas y de verdad en muchas oportunidades me he encontrado con la tabla de planchar humeando.

Y qué decir de la dulce Navidad y nuestra obsesión por llenar de luces la casa, es que ¿es necesario poner luces en todos lados? Recargamos enchufes, alargadores y zapatillas y para sumar le ponemos triples a todo. Prefiero una Navidad oscura que incendiaria. El señor del ISP nos mostró un video donde fuimos testigos que un incendio que se desató en solo 30 segundos por la sobrecarga. Increíble.

El tipo nos recomendó totalmente tener un extinguidor en casa que debe ser de Polvo Químico Seco Tipo ABC. Según él con esto no tendríamos que tener problemas ya que sirve para los eventos que podríamos vivir en nuestro hogar. El único pequeño gran problema es que deja todo manchado blanco, “Pero mejor es limpiar el polvo que perder los muebles”,  fue su conclusión.

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