El fin de semana me invitaron al Club Suka para degustar la nueva carta de primavera. Obviamente, después de almuerzo no volví a comer para poder disfrutar de todo lo que me esperaba. El espacio se encuentra en las dependencias del casino Monticello, lugar que jamás había visitado. Junto con mi pareja tomamos el auto y nos embarcamos en un viaje muy interesante.
Después de un buen rato en dirección al sur de Santiago -40 minutos aprox.- llegamos al club que a primera vista sentí conocido o que me recordaba algo. Nos sentamos en una mesa junto a otros invitados mientras el trance sonaba fuerte. De repente comenzó la degustación y atendidos por el mismísimo chef probábamos uno tras otro los platos más suaves y primaverales. Mucho pescado y hartas combinaciones exóticas eran la tónica, todo acompañado de sus tragos correspondientes.
Todo era fantástico, la música, la compañía, la comida de lujo, los tragos de ensueño, pero algo me llamaba la atención y quería saber qué era. Seguí probando la carta y el trago de turno era un exquisito Cosmopolitan. Pensé “este trago es de película, es como estar en Sex and The City” y de inmediato se prendió una ampolleta en mi cabeza, eso era lo que me faltaba descubrir de tan excitante lugar. El piso tenía una alfombra roja y una baranda de metal con motivos psicodélicos en el segundo piso, eran objetos que se asimilaban mucho a los que aparecen en una de mis películas preferidas Scarface, en ese club maravilloso donde siempre había querido estar. Pero eso no era todo, la pista de baile es idéntica a la de Fiebre de sábado por la noche, con cubos de colores iluminados perfectos para bailar un buen tema de Bee Gees. Era un sueño estar en un lugar que me recordara a estos dos clásicos del cine moderno.
Mientras degustaba mis trozos de filete de Res, marinados al estilo Thai, sellados a la plancha, sobre un cremoso puré de limón y finos vegetales de la estación, tomé un último trago de mi Cosmopolitan y pensé que esa sería una noche inolvidable.