-¿Qué será mejor? Según yo, ser. Otros más posesivos dirán que tener. ¿Ustedes qué prefieren? Creo que es cosa de tener claro quién está a tu lado.
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Todos hemos “tenido”, pero no muchos “son”. La primera afirmación es totalmente dominante y se da principalmente en la adolescencia. Cuando pololeamos (o estamos de novios, salimos, andamos. El nombre no importa mucho) por primera vez queremos decírselo a todos porque es un estado nuevo y divertido, en esa etapa decimos “tengo” pololo en una especie de manipulación y control del otro. Y ese “otro”, no se queda atrás, él dirá lo mismo por su parte.
Queremos que nos vean en el recreo y que nos pregunten qué somos para nosotros responder “estamos de novios” y si nos piden que nos besemos, lo hacemos con gusto para mostrar nuestro estado. Pura promoción. Incluso ese “tener” puede ser sólo por aburrimiento, porque te sientes solo o porque necesitas a alguien a quien querer. Eso demuestra que para muchos el amor responde sólo a una necesidad: “te doy si me das”. Por eso si amamos o nos enamoramos porque lo necesitamos, estaremos mirando al otro como pertenencia, de nuevo “te doy si me das”.
Más tarde (o tal vez ni siquiera tanto), cuando comenzamos con relaciones que sabes te llevarán a algo más (porque te proyectas) decimos “somos” pareja. El “estamos” queda en el pasado porque nos entregamos completamente, compartimos con él y ya no lo pensamos como el “otro”, señalar así al que está a tu lado lo deja como un objeto, como un accesorio más en tu vida. Igual queremos que todos sepan qué somos, pero dejando atrás el exhibicionismo del “tengo”.
“Ser” es consciente, “tener” es creado para el momento y la sociedad. Cuando somos pareja formamos un espacio para crear una relación (porque queremos, no porque nos obligan esos que nos exigen besos en los recreos) donde nos mostramos tal cual para formar una convivencia legítima. Cuando entendemos que “somos”, asumimos un compromiso (como estado) más real para crear juntos porque ambos lo queremos.
O sea que es preferible “ser” que “tener”, pero no una obligación porque finalmente es un tema de lenguaje y hay muchos para los que poco tiene que ver el estado con la forma de presentación del susodicho. Tampoco significa que digamos literalmente “estoy” o “soy”, sino que lo sentimos.
