Hace un par de días me armé de valor y me lancé en el Gmax, el único reverse bunjy de Sudamérica que, hace un tiempo, está ubicado en el boulevard del mall Parque Arauco, en Santiago.
Así que después de meses de mirar esas enormes torres de fierro, me instalé con dos amigas en la cápsula y, mientras nos aseguraban e indicaban que gritar era una buena medida para relajarse, me entregué 100% a la experiencia.
Cuando menos me lo esperaba sentí una especie de espasmo, pero era en realidad el segundo y medio que demora el Gmax en lanzarte hacia el cielo hasta alcanzar cincuenta metros de altura. Para ser sincera grité como nunca, me reí a carcajadas y vociferé garabatos de la pura impresión. Y es que es increíble, es como salir eyectado de un avión a 300 km/h. Aparte que, según me contaron, los asientos son de auto de carrera, así que me sentía todo un piloto de combate; totalmente adecuado para la experiencia, ¿no creen?
Bueno, ni siquiera alcancé a respirar cuando ya estaba dando vueltas en el aire –siempre afirmada con un cinturón morado de cinco puntas que me encantó porque me hizo sentir ultra segura– y de repente… Caída liiiiiibreeeeeeee… En cualquier momento me estrellaba contra el suelo. Los ojos abiertos en su máxima expresión y cero oxígeno entrando a mi cuerpo y ¡vuelta! Me encontré con una agradable vista de Santiago y un movimiento que me mecía y relajaba. Todo eso en sólo poco más de diez segundos, increíble.
Ahora, mi único consejo es que lo prueben. Está abierto de 12 a 23 horas y hasta te puedes llevar fotos y un video de tu experiencia. Vale $12.000 por persona o $30.000 por 3 personas. ¡No te pierdas la temporada de verano!
