El aceite comestible proviene tanto de origen animal como vegetal. Mientras que los más conocidos de origen animal son de foca, ballena o hígado de bacalao, los de origen animal pueden extraerse de semillas, raíces o frutas.
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Se estima que las primeras sociedades que utilizaron el aceite fueron los egipcios, tanto para la iluminación, como para prácticas religiosas y para su alimentación.
Tipos de aceites
Luego del origen, pueden clasificarse en vírgenes y refinados. Tal como señaló Traquisa, mientras que los vírgenes se extraen prensados en frío para conservar el sabor de dónde son extraídos, los aceites refinados se someten a un extenso proceso de refinación que termina con un producto visualmente limpio y sin sabor, es decir neutro.
Existen cientos de aceites comestibles como: el de algodón, de maíz, de cacahuate, de soja, de cártamo, de girasol, de canola, de sésamo, de linaza, de palma y aceite de oliva.
Mientras que entre los beneficios de los aceites de origen animal se encuentra la protección al corazón por los ácidos liberados, en los aceites vegetales no se presenta colesterol y aportan vitamina E que actúa como antioxidante.
Se estima que las calorías de los aceites rondan entre las 800 y 900 por cada 100 gramos de consumo. Además se recomienda que su uso esté limitado y que pueda utilizarse en preparaciones lo más saludables posible.