La estricta política que comenzó en 1976 y que se implantó oficialmente en 1980 con el fin de controlar el crecimiento de la población, llegará a su fin.
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Según ha anunciado la agencia oficial Xinhua en un comunicado realizado en el cierre del Plenario del Comité Central del Partido Comunista, todas las parejas que lo deseen podrán tener dos hijos.
La medida del “hijo único”, que según las autoridades chinas, fue clave para facilitar el despegue económico del país asiático, contaba con excepciones en el medio rural, minorías étnicas y se había ido suavizando en los últimos años.
De hecho, en 2013 se aprobó permitir dos hijos a aquellas parejas en las que al menos uno de los miembros a su vez fuera hijo único.
Según informa el medio español El País, la nueva medida busca equilibrar el desarrollo social y responder al desafío del envejecimiento de la población, uno de los grandes problemas que encara actualmente China.
En 2014, la población por debajo de los 60 años, edad de jubilación para las mujeres, cayó por tercer año consecutivo en 3,7 millones de personas, para quedar en 917 millones.
Sumado a esto, la política del hijo único ha generado un grave desequilibrio entre el número de hombres y mujeres, dada la preferencia cultural por los descendientes varones.
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En 2014, nacieron 116 niños por cada 100 niñas. La proporción natural es de aproximadamente 104 varones por cada 100 niñas. Acumulada a través de décadas, esa tendencia ha generado un “exceso” de 34 millones de varones, que a su vez ha suscitado problemas como un aumento del tráfico de mujeres procedentes de otros países más pobres.
La nueva medida entrará en vigencia una vez lo apruebe el Poder Legislativo chino, en marzo del año 2016.
