A la hora de dormir, cada persona tiene su propio ritual; algunos necesitan cobijas extra, almohadas grandes, duermen desnudos, otros se ayudan con un poco de música o simplemente duermen desnudos. Nadie puede juzgar lo que pasa en cada habitación una vez que se cierra la puerta. Sin embargo, dentro de todos los rituales hay uno que definitivamente no deberíamos hacer y es el dejar la televisión encendida.
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Desde que vivo sola, la televisión se convirtió en mi compañera parlanchina de día y de noche. Ni siquiera tengo que quedarme horas frente a ella. Solo me levanto de la cama, la enciendo y la escucho mientras me preparo el café o me arreglo por la mañana. Es lo mismo en la noche.
Muchos tenemos la necesidad de escuchar algo de ruido o ver un poco de luz mientras estamos solos en casa, quizá para olvidar que, precisamente, estamos solos. Ahora que lo reflexiono, es una especie de acción inconsciente. En realidad nunca me había puesto a pensar por qué de repente me da por encender la televisión.
Según un artículo publicado en Dailymail, dormir frente a la pantalla el televisor (también aplica para las computadoras, tabletas o teléfono inteligente), puede contribuir en niveles altos a caer en la depresión. El Dr. Guy Meadows explica:
Estamos diseñados para dormir en la oscuridad. Cuando sale el sol, los receptores de luz de nuestras retinas, nos avisan que ya es hora de levantarnos debido a la inhibición de melanina en nuestro cuerpo, hormona que nos hace sentirnos somnolientos.
Cuando al dormir dejamos alguna pantalla encendida, la emisión de luz no permite que nuestro cerebro comprenda que ya es momento de dormir, y la segregación de melanina se hace mínima.
La repercusión más grave sucede al día siguiente cuando creemos que hemos descansado, pero no es así. Cuando logramos un estado de relajación profundo, nuestra amígdala cerebral trabaja de manera regular, ella es la responsable de nuestras emociones. Esto quiere decir que mientras menos descanso tengamos por la noche, mayores probabilidades existen de sentirnos deprimidos o de mal humor.
La relación entre la luz y la depresión es más relevante de lo que crees. Si lo que necesitamos es un poco de ruido para sentirnos acompañados, es mucho mejor un canal de música relajante en nuestro teléfono inteligente, que mantener encendida la televisión.