“Necesito bajar de peso, así que a partir de mañana, voy a reducir las calorías al máximo”. ¡Error! Si queremos tener un peso saludable, esto es justamente lo que no hay que hacer.
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Cuando de comida se trata, la calidad y cantidad son elementos claves. Con calidad no nos referimos a tener los productos más caros o sofisticados, sino que a comer alimentos que nos nutran y que entreguen energía saludable a nuestro cuerpo.
Dejar de comer no es una opción y comer muy poco, tampoco debería serlo. Alguien que come bien no se priva, no se restringe, sino que sabe elegir qué comer, cómo y cuándo hacerlo.
Una alimentación sana incluye todo tipo de comida que entregue energía y nutrientes, que haga trabajar al metabolismo y que también produzca sensación de saciedad.
Si sacas demasiadas calorías de tu dieta, es muy probable que no tengas energías para nada. Comes poco, estás cansada y no tienes ánimo para hacer ejercicio, elemento clave para tener un peso sano.
Si crees que comer bien tiene que ver sólo con ensaladas o batidos desintoxicantes, tienes que ampliar un poco tu abanico. Una dieta en base a verduras y frutas únicamente, no sólo producirá desequilibrios en los sistemas del organismo, sino que tampoco será sostenible en el tiempo.
Tarde o temprano, tu cuerpo te pedirá otro tipo de alimentos y si te los pide, es porque de alguna u otra forma, los necesita. No me refiero a la comida chatarra ni al azúcar, sino que todo lo que aporte nutrientes, vitaminas y proteínas.
Comer bien es saber medir las porciones, combinar los alimentos de la forma correcta y saber qué es lo mejor para tu cuerpo y contextura.