Los scones son panes sencillos originarios de Escocia. Son de tamaño pequeño (alcanzan para una persona), y, por lo general, son de forma redonda. Normalmente se les agrega mermelada, fruta, queso crema, o lemon curd en el centro.
PUBLICIDAD
La costumbre inglesa de tomar el té por la tarde no es muy antigua. Si acaso está por cumplir sus 200 años. Todo se originó cuando la duquesa de Bedford, Anna Rusell, tenía mucha hambre antes de la hora de la cena (que en el siglo XIX era entre las 7 y las 8:30). Aunque la moda de comer el “lunch”, el novedoso invento de una comida a medio día entre el desayuno y la cena recién comenzaba a volverse popular, parecía que faltaba algo entre este y la cena.
Un té de la tarde parecía perfecto, pues estaba acompañado de pequeños pasteles y sándwiches: suficientes para deshacerse de la sensación desagradable de hambre, pero no para sentirse satisfecho antes de la cena. Pronto la duquesa comenzó a invitar a sus amistades a tomar el té de la tarde y la costumbre se expandió rápidamente.
Esto sucedió, según History.com, poco después de que la Reina Victoria asumiera el trono. Y cabe mencionar aquí, en un punto muy complejo para su reino. Las guerras napoleónicas habían dejado hambruna, falta de recursos y desempleo. Las personas deseaban regresar a un estado tranquilo, de costumbres. Victoria subiría al poder algunos años después de la gran reforma de 1832, lo cual le dio un respiro a su pueblo, y la oportunidad de regresar a una vida más doméstica. Labor que muchos tomaron con gran entusiasmo, creando nuevas costumbres para el hogar como la de tomar el té a media tarde.
A todas las jóvenes esposas les gustaba ser anfitrionas a la hora del té, incluso a la reina Victoria, que seguro hacía unos scones parecidos a estos.
Ingredientes
- 2 tazas de harina, tamizada
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharadita de polvo para hornear
- 1/2 cucharadita de sal
- 4 cucharadas de mantequilla sin sal, fría
- 2/3 taza de leche
Cómo hacer los scones de la reina Victoria
- Calienta el horno a 400 grados F (200°C). Cubre una bandeja para hornear con papel encerado.
- Mezcla los ingredientes secos (harina, azúcar, polvo de hornear, sal) en un tazón grande. Corta la mantequilla en trozos pequeños y trabaja en la mezcla seca, puede ser con tu mano. Una vez que la mantequilla esté integrada completamente, agrega la leche hasta que la mezcla se integre bien.
- Coloca la masa sobre una superficie enharinada o una tabla de madera y forma un disco de alrededor de 1 pulgada de espesor. Corta en rodajas con un cortador de galletas o el borde de un vaso pequeño. Colocar en la bandeja para hornear preparada y recubre las tapas con una fina capa de leche para sellarlos.
- Hornear durante 12 minutos hasta que estén ligeramente dorados y se hayan inflado. Retira del horno y coloca sobre una rejilla para enfriar.