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El ingrediente secreto de las relaciones felices

Una sola palabra basta para cambiar el destino de un “vivieron felices”.

Algo me abrió los ojos a una situación que no he comprendido en las relaciones. Perdemos mucho tiempo tratando de entender lo que quizá nunca podremos, queriendo –por todos los medios—encontrar la receta perfecta o la lista más atinada de cosas que nos den mayor felicidad en pareja. Ninguna es la atinada.

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Escuchas por aquí y por allá recomendaciones de las personas cercanas a ustedes, mientras sus propias relaciones se desbaratan. Queremos encontrarle solución a todo, y ese todo se resume a: quiero que su forma de amar sea igual que la mía.

Las relaciones están hechas de ideales del tipo “ojalá fuera más detallista, me dijera te quiero todos los días y se sintiera feliz todo el tiempo a mi lado”. Reflexiónalo un momento, ¿cuántas veces has sido tolerante con sus días difíciles? Aunque no nos haga sentido, las personas necesitamos esos arranques raros e inexplicables para encaminarnos.

Cuando lo profundicé sentí mucha claridad, ya que estamos hablando del único remedio para lograr la plenitud en una relación: libertad. Y lo resumo en los siguientes puntos:

  1. Todos tenemos una misión en la vida. Entiende el significado de lo que él tiene para regalarle al mundo.
  2. Reflexiona cuando no lo esté dando y si vas a dar alguna opinión al respecto, hazlo respetando sus decisiones.
  3. Confía en su propio viaje, aun cuando el rumbo carezca de sentido para ti.
  4. Recuerda que tu trabajo no consiste en hacerlo feliz, sino darle el espacio necesario para encontrar su propia felicidad cuando están juntos y separados. Es lo mismo que debes esperar.
  5. Es la honestidad lo que permite crear ese espacio de libertad, cuando te permites ser tú y le permites ser él.
  6. No sean rivales, el malentendido es el único opositor. Ustedes son del mismo equipo.
  7. Reconozcan su atracción hacia otras personas. Sean claros entre ustedes y con ustedes mismos y disfruten juntos de su naturaleza humana.
  8. Tu pareja es una luz iluminando la parte en donde todavía hay trabajo por hacer. Los celos, el dolor o el resentimiento, solo muestran los lugares en ti que necesitan tu propia sanación.
  9. Recuerda que tú también eres un espejo, por lo tanto debes reflejar toda la belleza que hay en él. Sobre todo cuando él lo olvide.

¡Disfruta el viaje! Porque, en verdad, nunca descifrarás todos los enigmas.

Dejemos de querer que todo funcione perfecto siempre con la mirada hacia el otro. Es momento de entender que también tú te estás descubriendo a su lado y necesitas esa misma libertad. Si estás dispuesta a hacerlo, entonces mereces a alguien que también lo quiera así.

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