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Lo que las palabras me han enseñado de la vida

Sólo hasta que empecé a escribir, descubrí el verdadero poder de lo que hablas y lo que escuchas.

Las palabras encierran vida. Cuando escribo voy dejando pedacitos de mi en cada hoja y en cada alma que me lee. Por eso, al hacerlo, siento como si me desbaratara, me deshiciera y voviera a nacer de otra forma. Todo, absolutamente todo, cambia.

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Aquí una pequeña lista de lo que las palabras me han enseñado de la vida:

  1. Siempre hay algo que decir y siempre hay algo que escuchar.
  2. Las palabras pueden ser tesoros irremplazables o armas letales. Úsalas bien.
  3. Siempre, SIEMPRE, hay alguien que ansía escucharte.
  4. Todas las palabras tienen cuerpo y alma: letras y sonido.
  5. Escribir es dibujar el cuerpo de las palabras, porque su alma se queda en el corazón de quien las recibe.
  6. Ninguna palabra es buena o mala. Solo hay contextos favorables o desafortunados.
  7. Todo lo que escribes existe. Todo lo que hablas existe.
  8. Las palabras tienen el poder de destruirte y el de construirte. Tú eliges qué quieres hacer con ellas.
  9. Las palabras trascienden más que cualquier persona o acto en el mundo.
  10. Las palabras no son de quien las dice, son de quien las hace.
  11. Un abrazo o un beso son sus mejores acompañantes.
  12. Hay personas que siempre afirmarán que los hechos valen más que las palabras. A esas personas nunca les han dicho ‘adiós’ o ‘ya no te quiero’.
  13. Las palabras más poderosas que he pronunciado han sido: perdón, gracias y nosotros.
  14. No creas todos los significados del diccionario.
  15. El corazón es el diccionario más grande y sincero.
  16. Las palabras no se escriben con tinta, sino con el alma.
  17. El silencio no es la ausencia de palabras, es un diálogo interior.
  18. Toda historia maravillosa, empezó con una palabra.
  19. Las palabras tienen fecha de caducidad. De vez en cuando hay que repetirlas para que no se olviden.
  20. Aprende a ser selectivo con lo que escuchas y lo que dices.

Y me despido con una hermosa frase:

La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga.

Gracias por ser, estar y compartir.

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