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Cómo darle sexo oral a Julio Cortázar (o a cualquier otro afortunado).

Deje a un lado los motivos y concéntrese en el desempeño. Haga lo posible por darle al afortunado una legítima felación, que por ningún motivo se parezca a otros actos bucales (hablar, lavarse los dientes, comer un plátano o chupar una paleta con forma fálica, por ejemplo).

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Primero que nada, ponga su boca frente al pene. Tantee el terreno. Use sus manos para tomar medidas o conseguir la erección, en caso de pereza o aletargamiento.

La felación estándar consiste en introducir el miembro viril en la propia boca, pero no hay que conformarse con eso: habrá que apelar a la intuición y, sobre todo, al surrealismo. Se trata de retar el canon. Considere además cualquier variante insospechada. (Recuerde que el lenguaje admite una multiplicidad de significados: la fórmula “sexo oral” puede referirse a diferentes realidades.)

Para comenzar, dirija la erección hacia usted mismo y, si el tamaño del miembro de su compañero le parece descomunal, celebre en estricto silencio. No eche a perder el momento con comentarios excesivos ni adulaciones. En estos casos, los verdaderos elogios se dan con la lengua (órgano) y no con la lengua (sistema de comunicación verbal). No se confunda: lo mejor del sexo oral es que es casi mudo.

Si sufre torceduras de cuello, arcadas o incomodidades, intente detenerse, cambiar el giro de la escena, tal vez bailar alguna cumbia o discutir sobre arte contemporáneo. En cuanto se recupere, vuelva comenzar.

¿En qué pensar durante la felación? Piense en usted mismo, si es que está pasándolo medianamente bien, si es que usted se tiene en estima. De lo contrario, imagine lo que usted quiera: vecindades, pitufos o volcanes… lo importante es que tales recursos no lo distraigan de su misión.

Comenzar por los testículos y la base del tronco, acariciar con la lengua en movimientos circulares hasta llegar al glande, succionar suavemente, variar los movimientos, buscar con los ojos la mirada del otro… todo eso es opcional, porque finalmente es lo de menos.

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Llegada la eyaculación, celebre (de nuevo en silencio) su pequeño triunfo.

Duración media de una felación: 8 minutos.

[Gracias, señor Julio Cortázar, por todas sus instrucciones, que a veces me vienen a la mente a media felación.]

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