¿Crees que corres poco y te avergüenza? ¿No puede competir en una maratón 10K porque te cansas? ¿Crees que estas son razones suficientes para decir que tú “no corres”?
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Amiga, ¡estás muy equivocada! No importa cómo corras o cuánto lo hagas. No importa si sólo corres durante ese restito de tiempo que te queda al salir del trabajo o si lo haces los fines de semana en los que el tiempo te alcanza. Al final lo importante es correr, aunque sea un poquito, pero disfrutarlo, hacerlo por placer y con todas las ganas del mundo.
Y es que hoy en día estamos acostumbrados a competir y compararnos con el resto, como si buscáramos ser el o la mejor en todo, muchas veces olvidando lo rico que se siente hacer deporte y correr por el sólo hecho de hacerlo. Qué importan las unidades de medida, las maratones, la frecuencia o la velocidad, si simplemente podemos decir “sí, sólo corro para dar la vuelta a la manzana, pero lo DISFRUTO“.
Tal como plantea nuestra amiga runner, Verónica Velázquez, en su sitio web: “¿Y si en lugar de dar explicaciones aceptamos que sí somos corredores por el simple hecho de salir a correr de vez en cuando? ¿Y si dejamos de dar explicaciones en número y mejor explicamos lo bien que se siente correr y el gran mérito que representa tener la disciplina de abandonar la cama por salir a la calle?” Tiene sentido, ¿no creen?
Así que ya saben, amigas: pónganse sus mejores zapatillas de running, ropa cómoda y lleven harto líquido para hidratarse, porque hoy van a romper sus propias metas, dejando de lado todos esos miedos que las hacen creer que no son corredoras de tomo y lomo. Da lo mismo si son dos kilómetros o se atreven a correr por toda la ciudad. Lo importante es que sea placentero y agradable para ustedes. Ya con ese principio, ustedes son unas verdaderas runner.
¡A correr se ha dicho!
