La primera impresión que tuve al encontrarme con semejante animal, fue de una inconmensurable ternura, era peluda, era pequeña, tenía el cuerpo y los colores del panda, qué no había en ella que no se pudiera amar.
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Después la imagen de muchas de ellas juntas en una gran colonia de hormigas trabajadoras y peludas me hizo más feliz.
Pero en realidad, ¿qué es la hormiga panda? Bueno, pues resulta que en realidad no es una hormiga, es una avispa sin alas y fueron descritas por primera vez en 1938 llamándoles Euspinolia militaris.
Estas avispas sin alas están emparentadas con las hormigas rojas aterciopeladas, también apodadas como “mata vacas” ya que se dice que su piquete es tan poderoso que podría tirar a una vaca.
Así que no se dejen engañar, recuerden que en la naturaleza los colores brillantes nos alertan sobre la toxicidad de ciertos animales o insectos, como éste que combina el plateado con el negro, colores muy contratantes que sí nos llaman mucho la atención, pero debemos interpretarlo como un alejamiento y no un acercamiento.
La hormiga panda (conocida también como hormiga de terciopelo) se alimenta principalmente de néctar y sus actividades de recolección se dividen en nocturnas y diurnas, por las mañanas son las hembras las que más trabajo realizan, mientras que por las noches los machos tienden a trabajar más.
Este tipo de avispa habita en la línea costera central de Chile, por la zona de Coquimbo y si alguna vez te la topas, por favor no intentes levantarlas con tus manos, ni atravesar tu pie en su línea de camino, puede ser muy peligroso.
Desafortunadamente esta especie de avispa está en peligro de extinción, ya que a pesar de que ponen al rededor de 2000 huevos al año, muchos depredadores son atraídos por sus brillantes colores. Sorprendentemente la hormiga de terciopelo llega a vivir cerca de 2 años, que es mucho tiempo para un insecto que mide 8 mm de largo y 3 mm de altura.
