Antes de llegar a Belelú, no sabía que las copas menstruales existían, me acuso. No es algo que veamos en el supermercado, ni anunciado en espectaculares, ni que escuchemos en spots radiofónicos. Una vez enterada, busqué datos, leí lo que me iba encontrando por ahí. Pero fue hasta que Ana Díaz compartió su experiencia, que me animé a comprar una.
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Estoy encontrándole muchos beneficios a la copa: higiene, comodidad, seguridad, conciencia ambiental, conciencia corporal. La copa me está gustando tanto que quisiera que más mujeres supieran de qué se trata. Estoy a punto de hartarlos a todos con mi tema de la temporada (que, por si fuera poco, tiene que ver con menstruación, no sacar a colación durante la sobremesa).
Por eso, y para ya dejar el asunto por la paz (por lo menos hasta la próxima vez que alguien me pegunte), dejo aquí 10 datos interesantes sobre la copa, por si alguna despistada de por aquí todavía no sabe de qué se trata ni cómo funciona ni cuáles son sus ventajas sobre toallas y tampones.
1. Historia
Las copas menstruales comenzaron a utilizarse durante el siglo XIX, aunque comenzaron a producirse de forma industrial hasta la década de 1930. No muchas mujeres las usaban, por dos razones.
- Los prejuicios que implica la manipulación de los genitales.
- El bombardeo publicitario y comercial de toallas y tampones, contra un producto al que se le dio poca difusión.
2. Materiales
Hay copas de distintos materiales. Las más vendidas son de silicón de grado médico (el mismo que se usa para los implantes de mama), que impide acumulación de bacterias.
3. Tamaños
Las copas se consiguen en diferentes tamaños, formas y colores. El modelo más sencillo tiene un tallo o apéndice para facilitar la extracción.
Algunas marcas de copas menstruales cuentan con tallas. Se recomienda la talla “grande” a las mujeres que han tenido hijos o mayores de 30-35 años, aunque cada caso es particular.
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4. Poco a poco
Si la copa se coloca bien, no duele. Hay que acostumbrarse a usarla, dejar que el cuerpo se habitúe. Una vez que esto se consigue, es muy cómoda, tanto como un tampón, pero sin las desventajas (la resequedad, ese cordón terrible que siempre terminaba en donde no debía, etcétera).
5. ¿Cómo se coloca?
La copa menstrual se inserta en la parte baja de la vagina, no tan profundamente como los tampones. Al estar en el interior, se abre y acumula la menstruación, en lugar de absorberla. El diámetro de la copa es similar al de un tampón expandido.
Existen diferentes maneras de doblar la copa para insertarla.
6. Sin riesgos
El síndrome de shock tóxico (SST), asociado con el uso de tampones, nunca se ha presentado en mujeres que usan la copa menstrual. No hay casos registrados.
7. PH
El silicón con que están hechas la mayoría de las copas menstruales, no altera el PH vaginal, lo cual a la larga ayuda a prevenir infecciones.
8. En su lugar
La copa no puede perderse en el interior de la vagina (que no es una cueva con pasadizos secretos hacia el infinito, ni una gruta mística). Colocas la copa y, cuando quieres sacarla, está en el mismo lugar en que la dejaste.
9. Todo el día
Puedes llevar puesta una copa menstrual hasta por 12 horas. Depende de la marca, de qué tan abundante sea tu flujo.
Se puede dormir con la copa, nadar con la copa, hacer ejercicio, malabares, cabriolas. No se puede tener sexo con la copa puesta (no sexo del tipo pene que penetra vagina), porque la copa se mantiene en su lugar por efecto de vacío, y dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio.
10. Cero tóxicos
Tampones, toallas sanitarias y pantiprotectores, contienen asbesto, rayón, dioxina y otros componentes tóxicos que a veces se utilizan para blanquear el algodón. Esto causa resequedad, irritación y dolor, sin mencionar la contaminación ambiental que provoca.
Otras ventajas de la copa menstrual
- Las mujeres que llevan meses o años usando la copa, comentan que sus periodos menstruales son más cortos y con menos cambios de estado de ánimo e incluso cólicos. ¿Será porque el cuerpo ya no está en contacto con los químicos? Por lo que sea, qué esperanzadora la idea de recortar un poco el periodo.
- Con la copa se contamina y se gasta mucho menos. Si quieres saber más sobre el costo económico y ambiental de la higiene femenina, te damos algunas cifras.
- No hay olores desagradables ni tiraderos ni escenas del crimen. La menstruación se queda en la copa y luego se vacía.
- Una puede quitarse y ponerse la copa en la ducha, lo cual evita escurrimientos deprimentes, manchas, goterones.
- El gasto se hace una vez cada 5-10 años, y después una se olvida de ello.
¿En dónde comprar la copa?
Durante mi búsqueda, encontré dos distribuidores en México (seguro que hay más): Ecolunas y Lunacup, ambos con ventas en Guadalajara, Monterrey y DF.
También se puede ordenar por internet desde cualquier parte. Hay páginas de diferentes marcas. La marca de la mía es Lunette. Se fabrica en Finlandia y se vende en México, Ecuador y Venezuela.
En Chile también hay varias marcas. Dense una vuelta por los sitios de LadyCup, Mialuna y Copita Menstrual.