Los Molles Pichidangui es un balneario de la Quinta Región en el cual se concentra el 49% de la flora gondwánica, es decir, la flora que data de la época en que los continenentes aún no se separaban. En este lugar está el chilenito, una especie de cáctus única en el mundo, que fue nombrado entre las especies más importantes en peligro de extinción. Además, este sector ocupa el primer lugar en importancia en la Quinta Región y es una zona de protección ecológica y arqueológica.
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Pese a su importancia, un cambio radical en el Plan Regulador Comunal permitirá el desarrollo inmobiliario en el borde costero, en una zona de conservación prioritaria según la Conaf. Es por eso que los habitantes de la pequeña localidad de Los Molles se han organizado rápidamente en la agrupación Protege Los Molles.
“Los Molles es una zona particular, que incluso lo dice la memoria explicativa y lo dice Conama, y el SAG. Están densificando una zona sin una línea base, es decir, sin un catastro de las especies que hay ahí, que han tenido 200 millones de años de evolución y que es parte de nuestro turismo de interés especial. Es como llenar la Isla Galápagos con 42 mil personas”, explica Esteban Vergara, líder de los habitantes.
El impacto de las construcciones es tal que tras el cambio, solo quedaría un 10% de esta zona privilegiada. Además, en el lugar hay avistamiento de cetáceos, por lo que Conaf sugiere ampliar la zona de conservación hacia el mar.
Actualmente, la única forma de salvar Los Molles, y toda la flora que él alberga, es declararlo santuario o área verde, levantando una línea de base ambiental, cosa que no existe hasta el momento.
Si las inmobiliarias ganan, perderíamos uno de los lugares más importantes del país, la flora más antigua del planeta y el cáctus chilenito, único en el mundo que vive solamente en esta zona.