Desde pequeños hemos estado expuestos a la diferenciación de productos según sexo. La ropa rosada es para niñas, la azul para niños. Los autitos de juguete son para ellos y las muñecas para nosotras. Los disfraces de princesa son para las niñas, y ellos pueden caracterizarse de animales u otros personajes. Hace poco te contamos sobre un padre que dejaba que su hijo ocupase vestidos simplemente porque le gustan. Eso sería considerado como un quiebre a este estereotipo en el que hemos crecido y que consideramos como “lo normal”.
PUBLICIDAD
También te contamos hace un tiempo sobre la historia de Riley, otra niña que se hizo famosa por cuestionar estos estereotipos del marketing, que la obligaban a jugar con cosas que a ella no le entretenían, tirando por el suelo toda esta teoría que se ha instaurado desde hace años.
Nunca me gustaron mucho las muñecas. Prefería jugar con legos o rompecabezas, dibujar o saltar la cuerda. No entendía por qué las niñas debíamos exclusivamente estar inventándonos historias sobre ser mamá, servir el té y preparar comidas ficticias.
El problema de los juguetes evolucionó hasta alcanzar estos días. Desodorantes para hombres versus desodorantes para mujeres. Pasta dental especial para ellos y para ellas, Corrector de ojeras, tipos de vitaminas para belleza, correctores de ojeras especiales, cremas para rasurar, rasuradoras, etc.
Las marcas han sabido posicionar sus productos para aumentar las ventas. Como verás en el vídeo, la compañía Lego pudo alcanzar un porcentaje mayor de ventas diferenciando la publicidad que realizaba (si iba enfocada en niños o en niñas), y el tipo de legos que vendía. Los de niños seguían siendo los tradicionales o asociados a historias de aventuras, y los de las niñas eran específicos para construir mansiones, automóviles descapotables, salones de spa, etc.
Por otro lado, Dove también optó por lanzar al mercado productos para hombres. La imagen de estos cambió por completo, ya que muchos pensaban que la paloma asociada a la marca era muy femenina. Los jabones se comercializaron con una forma más angulosa y el envase adoptó un color gris con la palabra Men en letras mayúsculas. Las ventas subieron considerablemente aunque los productos eran los mismos. Solo cambiaba un poco el aroma. De todas formas el perfume de los productos Dove no es tan femenino como para ser inutilizable por hombres, creo yo.
Y eso nos lleva a otro punto: Las mujeres están más dispuestas a utilizar productos de hombres, ellos lo pensarían un poco más antes de comprar algo hecho para ellas.
De ahí que surgieran nombres específicos para productos masculinos, que inciten su compra y uso. No te adelantamos más y te invitamos a ver el vídeo. Es un imperdible.