Aunque pagues tu renta, laves tu ropa, tengas las cosas en orden y no sólo vivas al día con lo que ganas, hay una cosa que define a una persona verdaderamente independiente: que pueda alimentarse sola. Y no me refiero a salir a comprar algo, sino realmente nutrirse y ser capaz de preparar sus alimentos en casa (que además, para sorpresa de nadie es más barato que salir a restaurantes todos los días).
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Si lo que quieres es ser una verdadera millenial independiente, tienes que entrar a la cocina. Además, el resultado puede ser fabuloso. Cocinar es una de esas actividades que te pueden llenar de amor y energía al realizarlas. Hay que dejar de lado las excusas como “mi mamá no me enseñó a cocinar”, o “se me quema hasta el cereal” y para eso te tenemos 7 tips simples.
1.Olvida todo multi-task que no sea de la cocina
O sea, se puede cortar tomates mientras esperas a que se cocinen las papas, pero no es buena idea dejar las papas solas mientras te vas a bañar (¡pobrecitas!). He oído gente que no le gusta la cocina porque:
No pueden estar haciendo nada más
Cosa que es verdad a medias. Siempre que te dé miedo olvidarte de algo en la cocina, alista una alarma que te avise que ya va a hervir la leche o esas galletas ya están en su punto (y no pueden esperar ni un minuto más a salir del horno).
2.Date el tiempo para hacerlo
Creo que uno de los errores principales, que nos puede llevar a comidas desastrozas es querer hacer las cosas rápido. Pero sé sincera contigo misma: ¿Mi nivel me permite hacer las cosas rápido? Hasta los chefs profesionales tienen recetas que les cuesta mucho tiempo hacer. Si has decidido ponerte a cocinar un día, date el tiempo para hacerlo y siempre ten en cuenta que aunque algunas recetas incluyan su tiempo de elaboración, si eres principiante te podría llevar más rato terminar la receta como debe quedar.
3. En un principio, cocina sólo para ti
¿Le dijiste a tu novio que le ibas a cocinar una fabulosa cena pero es la primera vez que cocinas? Espera una sopa azul a la Bridget Jones. O sea, casi nada bueno podría salir del estrés de cocinar por primera vez y para otra persona antes de que sepas si heredaste el talento de tu abuela. Si cocinas para ti sola conoces lo que te gusta, vas refinando sabores, aprendes a moverte en la cocina y sobre todo no le regalas a nadie la responsabilidad de comerse algo que no le gusta.
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4.Consigue el apoyo necesario
Cuando le pedí a mi abuela que me enseñara a cocinar un platillo me regañaría y me diría: “Pero si es muy fácil sólo tienes que… (inserte aquí la receta contada rápidamente). Según los pedagogos, eso no es enseñar. Tampoco te rodees de novios que te dicen cosas como que “tienes paladar se zopilote” (sí, alguna vez tuve uno de esos). En el punto anterior, ya dijimos que es bueno librarse del estrés, tener estas personas a tu alrededor no te ayudará. Mejor busca el consejo de personas que sepan cocinar y estén dispuestas a enseñarte a hacerlo.
5.Prepara platillos que hayas probado
Desde luego, no demasiado complejos, sin embargo esto te ayudará. Si conoces el sabor de algo, sabrás qué tan lejos o cerca estás de que te quede bien. Además, esto te permite experimentar un poco con los sabores: de qué quiero menos y de qué quiero más.
6. Equípate con lo esencial
Mucha gente cree que para cocinar hay que invertir mucho en utensilios. Yo digo: quédate con lo esencial para comenzar. Es decir, si ni siquiera sabes cuál será tu especialidad, porqué invertir en una mega batidora. Vete a lo simple: un cuchillo de chef, un cuchillo de sierra, una palita para mover, una tabla de picar, un sartén de buen tamaño y una pequeña olla es lo que se llega a necesitar para cocinar para una sola persona.
7. No te limites
Juega con los sabores, enamórate de lo que cocinas y escucha música que te lleve a otros universos de sabor. Si me preguntan, esa es la clave. Equivócate, pero aprende y serás una excelente cocinera.