Desde niña mi personaje favorito del universo Disney ha sido Maléfica. Ya imaginarán cómo me puse cuando lanzaron la noticia hace 3 años, no cabía en mi emoción. Seguro no soy la única. ¿Verdad?
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Hace 2 semanas acudí al cine con todo ese sentimiento de fanática. Dejé la expectativa de lado y me limité a disfrutar de esa historia alterna del clásico cuento de La Bella Durmiente. Así me pude sorprender por una historia hermosa, sí, oscura, pero llena de temas importantes que a veces no se tocan y que deberíamos comentar más seguido. También se agradece que rompa con estereotipos clásicos de los cuentos.
Así, en esta ocasión, les comparto lo que Maleficent me enseñó de la vida.
¡Advertencia! Este texto contiene spoilers. Si no has visto la película, mejor deténte en este momento; en caso de que no te importe que te contemos un poco el desarrollo de la película, adelante…
La ambición del ser humano destruye
Maléfica y Stefan eran amigos. Ambos huérfanos, se conocieron desde niños. Ella era la protectora del Páramo. Él, un simple campesino, tenía toda la intención de ser el Rey y vivir en ese hermoso castillo.
La ambición de Stefan se entiende con la misma ambición del ser humano, que busca poder y riquezas a costa de todo; desde las personas que ama, hasta el impacto al medio ambiente. Queda muy claro cuando elige el reino en lugar de respetar a su mejor amiga.
Siempre toma tus precauciones
Cuando vi la película me dio la impresión que veía una auténtica escena de violación, cuando Stefan duerme a Maléfica para matarla; al final le corta las alas — la misma Angelina Jolie asegura que la escena se trata de una metáfora en este contexto —.
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Muchas veces las personas que queremos, las que conocemos hace mucho tiempo, son las que cometen estos actos. No digo que andemos por la vida de paranoicas, sólo debemos tomar las debidas precauciones para evitarlo.
La venganza te puede cegar
Ante un acto de traición, el dolor y la venganza nos ciegan. De repente nos da gusto el sufrimiento de esa persona que nos hizo daño, le deseamos lo peor. Al pasar el tiempo, este mismo sentimiento alimenta nuestro resentimiento y nos hace mucho daño.
Sólo nos queda reconocer nuestros sentimientos, perdonar y seguir adelante, aunque nos duela. Y, por ello, debemos ser conscientes de nuestros actos, para no arrepentirnos después. Podemos perder lo que más amamos.
Ten mucho cuidado con tus decretos
En medio del dolor y el odio se nos puede escapar alguna maldición o malos deseos hacia la persona que nos ha hecho daño. A ver, ¿a quién no le ha pasado? Creo que es parte de ser humanos.
Muchas veces esas palabras son tan poderosos que se pueden hacer realidad. Entonces debemos tener mucho cuidado con lo que decretamos. Nuestra mente y nuestras palabras tienen gran fuerza. Mejor seamos conscientes y no deseemos mal a nadie. Mucha luz y bendiciones para todos, desde el corazón.
La culpa te lleva al borde de la locura
Sip. Este hombre llega al borde de la locura, por la culpa de su acto cobarde y el miedo a la venganza. Quiere acabar con ese fantasma que arrastra, con la traición hacia Maléfica — quien, finalmente, era lo único que tenía a su lado.
Llega a un punto que, aún cuando ve que su hija despierta del sueño, sigue empeñado a destruir ese fantasma. Cuando ya no tiene caso, cuando todo ha terminado. Una mezcla de poder, dolor, venganza y locura. No, no caigamos en esos sentimientos oscuros.
El amor a primera vista no existe
Un típico cuento de princesas te dice que el amor a primera vista sí existe — y puedo mencionar a casi todas las princesas Disney, comenzando con la gran parodia, Enchanted —. En esta historia se rompe con el estereotipo.
Te puede gustar alguien a primera vista, pero ¿realmente es amor? Puede ser que se construya con el paso del tiempo, con anécdotas y esos pequeños detalles que nos encantan… pero algo así como conocer a alguien y entregarle todo tu corazón. Bueno, habrá sus excepciones.
El amor verdadero lo puede todo
Por otro lado, el amor verdadero sí existe. El amor y la compasión lo pueden todo, son fuerzas que mueven al mundo. Hay distintas formas de amor: a tu pareja, a tu madre o padre, a tus amistades, a uno mismo. Ese amor puro que puede contra el tiempo y todos los obstáculos, algo que a veces se nos olvida reconocer.
I will not ask you for forgiveness. What I have done is unforgivable. I was so lost in hatred and revenge. I never dreamed that I could love you so much. You stole what was left of my heart. And now I’ve lost you forever.
Todas somos heroínas y villanas
Maléfica es la prueba que todos tenemos un poco de heroínas y un poco de villanas. No se trata del típico blanco y negro, sino una auténtica gama de grises o una escala de colores lo que forma parte de nuestra vida, nuestras acciones. Está en nuestras manos decidir cómo queremos actuar.
Respetemos a las criaturas fantásticas
Así como existe el poder y la ambición del hombre, en Maleficent nos muestran que la magia que existe en la naturaleza — aquí representado por El Páramo y sus criaturas —. Me encanta que Maléfica disfrute de estar en contacto con la naturaleza (aún cuando le tengan miedo).
Nosotros tenemos en nuestras manos el cuidado y la protección de la naturaleza, podemos impedir que esa ambición destruya El Páramo, los bosques tropicales, esas maravillas naturales que nos regala el Planeta.
La magia sí existe
Así como María Meliere, yo creo en la magia del Universo. Cada día es una nueva oportunidad para sorprendernos, para regalar una sonrisa, para apreciar esos pequeños regalos: un hermoso atardecer, la magia del perdón, del agradecimiento de corazón. Abramos nuestra mente y vivamos estas experiencias al máximo.