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El cambio de casa

Cambiarse de casa implica mucho tiempo y dedicación: embalar, botar, regalar, cargar, descargar y ordenar. Si piensas mudarte, tienes que leer estas recomendaciones.

Los últimos años me he cambiado varias veces de casa. Y con varias me quedo corta, porque en realidad han sido demasiadas.

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He vivido en lugares bonitos, en lugares feos. Lugares sin luz natural, compartiendo con gatos que no son míos, que me quieren asesinar por un poco de comida. He vivido fuera del país sin conocer a nadie o alojando en casas de amigos o por couchsurfing. He vivido con extranjeros que han venido de intercambio de lugares como Inglaterra o Alemania, he vivido en lugares lúgubres donde es imposible pasearse de noche por sus pasillos. He vivido con inmigrantes dominicanos, colombianos y peruanos y he vivido los gestos de humanidad más bonitos justamente, en las circunstancias más feas.

Me he cambiado tantas veces porque necesito encontrar un lugar que me acomode, un lugar que tenga que ver conmigo, por decirlo de alguna manera, pues no suena tan bonito —y probablemente ni mis amigos lo sepan bien— las veces que he tenido que irme apurada antes que un cocainómano me golpee,  porque el trabajo no anduvo bien y me he quedado sin plata, o una arrendataria me echara a mitad de mes porque le molestó un artículo que publiqué.

Tal vez todo se habría solucionado con tener un trabajo al menos 6 meses, contar con un aval y la plata y arrendar algo sola. Pero no, trabajo freelance, no se ha dado o mejor dicho no he querido, qué sé yo. Y aún siendo la hija menor y teniendo una muy buena relación con mi madre, considero que cualquier persona mayor de 25 años debe vivir fuera de la casa de sus padres. Por lo que he aceptado el desafío de compartir casa/departamento —un concepto que en general cualquier extranjero tiene más asumido que nosotros— con muchas personas y en muchos formatos diferentes y recientemente en el formato que más me gusta: con hombres, en una casa y sin ahorrarse ninguna mamonería como la consulta pública.

Cambiarse de casa implica mucho tiempo y dedicación: embalar, botar, regalar, cargar, descargar y ordenar. Todos verbos que me provocan un bostezo gigante y ganas de salir corriendo. Pero lo bueno es que como ya lo he hecho muuuuchas veces, hay cosas que he ido aprendiendo. Si estás leyendo este artículo y te vas a cambiar pronto o piensas en cambiarte, te dejo algunas recomendaciones al respecto:

  1. Haz una lista de lo importante, lo necesario, lo urgente: De verdad cuando te cambias, siempre es bueno porque te das cuenta de la cantidad de huevadas que tienes y que no todas te sirven. O de la enorme cantidad de cosas que tenías por perdidas y ahí están, llenas de polvo al final del clóset. O que hay cosas que en verdad no ocuparás y que es mejor regalarlas o botarlas. Puedes incluso hacer un proceso pachamamístico del botar lo que ya no te sirve  incluyendo esa polera que se le quedó a tu ex y que no quieres botar aún
  2. Ordena por categoría: Probablemente debas llenar cajas o bolsos. La mejor manera de encontrar eso después es que cada cosa esté catalogada como “Libros”, “Ropa”, “Trabajo”. Aunque a veces la premura —yo misma lo he hecho un montón de veces— es comprar unas bolsas de basura y echar todo rápidamente ahí. Si eres aún más pro, podrías comprar cinta de papel y un plumón e indicar a qué corresponde cada bulto.
  3. En caso de emergencia: A pesar de ese orden deja siempre una mochila ” Muda básica” por si los primeros días se te hace difícil ordenar el caos. Ahí guarda al menos un par de mudas y ropa interior que te permitan no tener que abrir toooodas las cajas para vestirte la mañana siguiente al cambio, sobre todo si tienes que salir a trabajar apurada porque te quedaste dormida por el cansancio del cambio
  4. Pide ayuda: Si un cambio ya es una tarea ardua, el como lo haces para mover las cosas es algo aún peor. Es por eso que siempre cuenta con al menos 2 amigos que te ayuden a cargar . Al menos si son pocas cosas, puedes hacerlo todo más rápido, sobre todo cuando debes bajar las cosas de un departamento o subirlas.
  5.  Coordina con todos los involucrados: Ya sea porque tienes que irte a un lugar donde esperan las llaves, porque debes gestionar un salvoconducto ( Documento que dice que te puedes cambiar de un lugar a otro entregado por carabineros), porque debes avisar en el edificio con anticipación, etc. preocúpate de esto con anterioridad. Hay muchos lugares donde si no es avisado ,no te dejarán salir. O debes pagar una cierta cantidad por el uso del ascensor. También recuerda si en tu casa quedan cosas de tus exs amigos, para que las vayan a buscar.
  6. Cajas y más: Cajas puedes pedirlas en el almacén de barrio o puedes comprarla en negocios especializados en eso ( En Avenida Matta cerca de Vicuña Mackenna hay varios ). Ten en cuenta tener siempre a mano más de las que crees. Además compra huincha de embalaje, cordel, diario, plástico o cartón para embalaje. Todo se te hará más fácil si lo tienes. Y como decía, siempre cuenta con bolsas de basura.
  7. Nunca es perfecto: Ten en cuenta que esto no es matemática, así que por más que prepares todo a la perfección, siempre habrán detalles: la hora, que algo no cabe, que se quebró algo, etc. Es por eso que te invito a que trates de hacer las cosas lo más relajad@ posible, para que no le agregues estrés a una actividad que en sí ya es estresante y dejar que pase lo que tenga que pasar.
  8. Olvida el corazón de abuelita: Si eres como yo que acumula casi a niveles aberrantes ciertas cosas, trata de pensar que vas a ir en un largo viaje y que sólo necesitas lo justo.Piensa en esas carpetas que no ocuparás, esa ropa que hace años tienes en el fondo del cajón o que ya es hora de renovar las sábanas, así que puedes botar todo eso que no aguantará mucho más.
  9. Considera comida y bebida para antes, durante y después del cambio: Ya sea porque tienes todo embalado, porque te dará calor o frío, porque ya desinstalaste la cocina,o porque estarás demasiado ocupad@ para ir a comprar, etc. considera todas estas cosas y compra jugos, pan o lo que se te ocurra para que sea mucho más agradable el cambio.
  10. Sé amable y agradecid@ : Ya sea con las personas que viviste, con los empleados de los lugares por donde transitarás o donde llegarás. Con los amigos que te ayudaron, etc. Todos sabemos que es una situación que puede ponerte nervios@ pero eso no quiere decir que todo el mundo tiene que aguantar ni gritos ni malos tratos. Aprende a dar instrucciones con cariño y buena onda y verás como todo pareciera que sale más rápido

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