La ropa es el gran invento de la humanidad, pero a veces hay que quitársela. De hecho, lo ideal sería que disfrutáramos mucho quitárnosla y permanecer sin ella. La desnudez puede volver a ser tu amiga con esta rutina de ejercicios.
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La idea es que de cada movimiento, hagas la mayor cantidad posible de repeticiones en 60 segundos. Luego hay que cambiar de movimiento, pero sin descanso entre uno y otro. Como son sólo 10 minutos, hay que completar la rutina de corrido.
Comienza con un calentamiento de un minuto: estírate, gira el cuello, párate de puntas, gira la cintura, etc. Ahora sí, lista para comenzar. Siempre es funcional tener un espejo cerca, para cerciorarte de que tus movimientos son los adecuados.
Adelante y atrás
Colócate en posición de plancha o lagartijas, con las manos alineadas con los hombros y las piernas un poco separadas. Debe formarse una línea recta desde tus hombros hasta tus caderas. Avanza hacia delante, unos cuatro pasos en total, y luego vuelve a la posición inicial. Si las caderas comienzan a molestarte, detente y busca la postura adecuada para evitar presión en la región lumbar.
Piernas inquietas
Adopta la misma posición inicial del movimiento inicial. Extiende la pierna derecha hacia el costado, lo más que puedas, para que quede perpendicular a tu cuerpo. Luego levántala, intentando que quede paralela al piso. Regresa a la posición inicial y haz lo mismo con la pierna izquierda. Al realizar este ejercicio, mantén los hombros en su sitio y la espalda paralela al piso para mantener la postura.
Piernas giratorias
En la misma postura inicial, extiende la pierna derecha hacia el costado, perpendicular a tu cuerpo, paralela al piso. Levanta la pierna y forma con ella pequeños círculos en el sentido de las manecillas del reloj. Después de 30 segundos, cambia a la otra pierna.
Karate kid
Misma postura inicial. Mismo asunto con la pierna derecha: paralela al piso, perpendicular a tu cuerpo. Ahora mueve tu rodilla derecha con dirección a tu codo, como si quisieras que se juntaran. Vuelve a la posición inicial y haz lo mismo con la pierna izquierda. Mantén la mirada hacia el piso para que tu espalda no pierda la línea recta.
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Tabla de la salvación
Recuéstate sobre tu costado derecho, con el codo alineado con tu hombro y las piernas extendidas. Coloca tu mano sobre la cadera. Levanta la cadera, con el codo y los pies bien fijos al suelo. Deberás formar una línea recta desde el hombro hasta el talón derechos. Levanta la pierna izquierda tan alto como puedas, en dirección al techo. Regresa a la postura inicial y repite con el otro lado. Mantén tu mirada hacia el frente para que el ejercicio funcione mejor y no te lastimes.
Mesa y rodillazos
Siéntate en el piso con las rodillas desplegadas en ángulo de 90 grados y las palmas de las manos detrás de las caderas. Presiona las palmas y los talones contra el piso y levanta las caderas lo más que puedas, hasta que queden paralelas al piso. Tu cuerpo adoptará la forma de una mesa de perfil. En esa postura, levanta tus rodillas, como si quisieras llevarlas al techo. Mantén las caderas paralelas al suelo en todo momento.
* * *
Una vez que hayas terminado, vuelve a estirarte, repite los giros de cintura y espalda. Respira, date un baño, etc.
Ninguna rutina de ejercicios es milagrosa. La disciplina y la constancia, en cambio, sí lo son. Así que, si llevas a cabo estos ejercicios todos los días, estoy segura de que, dentro de un mes, los resultados serán notorios. Vale la pena intentarlo.
Fuente: Shape